El impacto del coronavirus en el mundo judío es un estudio de contrastes. En Israel, donde el número total de muertes hasta el lunes 11 de mayo era de 258 y el número de nuevas infecciones diarias por debajo de 50, el país ha aliviado significativamente su cuarentena. Las escuelas abrieron para algunos grados, los negocios también y está programado que el jueves reabrirán las playas y los mercados al aire libre.
Pero en muchas grandes comunidades judías en todo el mundo, el coronavirus todavía está causando terribles estragos. Entre los 8 millones de judíos que viven en la Diáspora, el número de muertos es de miles y está aumentando.
Es imposible decir exactamente cuántos judíos han muerto por COVID-19 porque los gobiernos no cuentan las muertes de sus ciudadanos judíos por separado y, en la mayoría de los lugares, la comunidad judía no tiene un recuento completo de aquellos que han perdido la vida.
Lo que está claro es que la tasa de letalidad judía es mucho más alta en la diáspora que en Israel, y que el virus está devastando el mundo judío. En muchos lugares, la tasa de infección y letalidad entre los judíos también es mucho más alta que entre la población local no judía.
He aquí un panorama de cómo algunas poblaciones judías de todo el mundo están luchando contra el coronavirus.
Reino Unido
En el Reino Unido han muerto al menos 366 judíos, lo que representa aproximadamente el 1,7% de todas las muertes en un país donde los judíos representan solo el 0,3% de la población. Hay varias teorías sobre por qué la tasa de letalidad judía es casi seis veces más alta que la de la población en general, incluida su representación desproporcionada en el punto crítico de Londres, su edad relativamente avanzada y su incapacidad temprana para practicar el distanciamiento social en algunos vecindarios ultraortodoxos (haredim).
Los muertos han incluido a Avraham Pinter, uno de los rabinos más influyentes en el barrio haredi de Stamford Hill, en el norte de Londres, y primer rabino británico en servir como miembro del Concejo Municipal; el filántropo Irving Carter; y Yehuda Yaakov Refson, el gran rabino de Jabad en la ciudad de Leeds.
Nueva York
El área metropolitana de Nueva York es el hogar de la comunidad judía más grande fuera de Israel, con aproximadamente 2 millones de integrantes, incluidos los suburbios del norte de Nueva Jersey, Westchester y Long Island. El virus ha abierto un camino de destrucción a través de estas comunidades.
Ya a mediados de abril, los medios haredi informaban más de 700 muertos solo en la ciudad de Nueva York. Según las estadísticas del Departamento de Salud de la ciudad, los códigos postales con las tasas más altas de infección por coronavirus corresponden a los vecindarios jasídicos de la ciudad: Borough Park, Williamsburg y Crown Heights, todos en Brooklyn.
Mientras tanto, las cifras muestran que las muertes en el hogar en las áreas de Borough Park y Williamsburg en marzo y principios de abril fueron más de 10 veces mayores que durante el mismo período del año pasado. La mayoría de esas muertes probablemente se debieron al coronavirus, dijo el alcalde de la ciudad de Nueva York, Bill de Blasio.
El rabino Mayer Berger, director de operaciones de la sociedad de entierros Jésed Shel Emes en Brooklyn, informó que el número de fallecimientos judíos se ha cuadruplicado desde el inicio de la pandemia, y su organización maneja cifras de 500 ritos funerarios en el mes trascurrido entre Purim y Pésaj. “No es Irán ni Siria, ni esos videos de otros países donde se ven cuerpos en fila”, dijo aThe New York Times. “Esto es Nueva York”.
Unas 320.000 personas dieron positivo para el virus en el estado de Nueva York y unas 19.500 murieron, más de 13.724 de ellas en la ciudad de Nueva York, hogar de más de 1,2 millones de judíos.
En el Instituto Judío Parker, hogar de ancianos judío en Long Island, se informó que 179 pacientes dieron positivo para el virus y al menos 57 murieron a mediados de abril. Las enfermeras informaron que usaban bolsas de basura como batas protectoras (el centro negó que ese fuera el caso), y reutilizaban sus máscaras debido a la escasez de equipos.
En Nueva Jersey, el estado con la cuarta población judía más grande, más de 128.000 han dado positivo y unos 8.000 han muerto. Más de 1.200 muertos son del condado de Bergen, hogar de la comunidad judía más grande del estado.
Un trabajador en un cementerio judío de New Jersey, donde la cantidad de entierros se ha disparado debido a la pandemia.
(Foto: northjersey.com)
Otros lugares de los Estados Unidos
Estados Unidos tiene más de 1,2 millones de casos conocidos y 70.000 muertes confirmadas por coronavirus. La mortandad que comenzó en Nueva York y otros puntos críticos se está extendiendo, alimentada en parte por la renuencia de algunos gobernadores y alcaldes a imponer la cuarentena.
En Massachusetts, el estado con la tercera tasa de infección más alta, dos casas de ancianos judíos cerca de Boston informaron de al menos 32 muertes por coronavirus a mediados de abril. Más de la mitad de los 430 residentes que se sometieron a la prueba del virus en hogares de ancianos en esa red dieron positivo.
Después de Nueva York, Nueva Jersey y Massachusetts, otros estados con las tasas más altas de infección de virus se correlacionan estrechamente con el lugar donde viven los judíos: Pensilvania, Illinois, California, Michigan y Florida. Juntos, estos ocho estados albergan alrededor del 75% de los aproximadamente 5,5 millones de judíos de Estados Unidos. Los judíos estadounidenses también son desproporcionadamente de más edad, con un 26% mayor de 65 años según un estudio de 2018, lo que los coloca en mayor riesgo de muerte si contraen COVID-19.
En algunos estados donde los gobernadores están reabriendo el comercio, como Texas, Georgia y Carolina del Sur, las sinagogas están adoptando un enfoque más cauteloso y escuchando a las autoridades sanitarias que aconsejan no reabrir.
Entre los judíos estadounidenses que murieron por el coronavirus se cuenta el cantante y compositor Adam Schlesinger , ganador de un Grammy y Emmy; el Rebe de Novomisker, Yaakov Perlow; el político de Brooklyn Noach Dear; Stanley Chera, un magnate inmobiliario y amigo del presidente Donald Trump que fue un pilar de la comunidad judía siria; el productor musical de “Saturday Night Live”, Hal Willner; el actor Mark Blum; y el sociólogo William Helmreich.
Italia
Alrededor de 20.000 judíos viven en Italia, con la comunidad más grande en Roma seguida de Milán y Florencia. Aproximadamente tres semanas después del inicio del gran brote de coronavirus en Italia, el 16 de marzo, la comunidad judía local recibió una impactante noticia: Michele Sciama, líder y ex jefe de la comunidad judía en Milán, había muerto a causa del virus.
Se sabe que alrededor de una docena de judíos italianos murieron a causa de COVID-19, que mató a 29.000 personas. La comunidad judía italiana dedicó un sitio web a la memoria de los fallecidos, y ha encontrado otras formas de mantener a la comunidad judía en línea. En Milán, la comunidad organizó la entrega de alimentos y medicinas a judíos ancianos confinados en sus hogares.
Francia
La comunidad judía de Francia, estimada en 500.000 personas, es la más grande de Europa. No está claro cuántos se encuentran entre las 25.000 muertes por coronavirus del país, pero la sección judía del cementerio Thiais, cerca de París, que se construyó para durar años, se ha llenado en las últimas semanas y se está acercando a su plena capacidad.
La asociación francesa de médicos judíos, AMIF, declaró al diario israelí Haaretz que la tasa de infección judía parecía ser desproporcionadamente alta, posiblemente porque las celebraciones de Purim sirvieron como un vector para la enfermedad y porque la mayoría de los judíos franceses viven en París o Estrasburgo, donde las tasas de infección son más elevadas que en el resto del país.
En marzo, Joel Mergui, médico y presidente de la organización Consistoire, que dirige sinagogas francesas, escuelas judías y certificación kosher, ofreció una emotiva entrevista de radio desde la Unidad de Cuidados Intensivos de un hospital a la estación judía Radio J, instando a la comunidad a acatar el distanciamiento social. Desde entonces ha sido dado de alta del hospital.
Entre las muertes de la comunidad por el virus está André Touboul, rabino de Jabad que dirigió una de las escuelas secundarias más prestigiosas de Francia en París.
Países Bajos
A diferencia del resto de Europa, los Países Bajos nunca ordenaron una cuarentena por el coronavirus. Beth Shalom, una casa de ancianos judía en Amsterdam que tiene su propia sinagoga, centro comunitario y residencia independiente adyacente, adoptó un enfoque similar. Se mantuvo fiel a su política de puertas abiertas hasta el 20 de marzo, incluso cuando la tasa de infección del país comenzó a subir. Como resultado de ello se convirtió en la institución judía más afectada, reportando 26 muertes hasta la fecha de una población de 120.
Ahora Beth Shalom está en aislamiento, con muchos residentes confinados en sus habitaciones. Para ayudar a aliviar su soledad, una empresa propiedad de un empresario israelí-holandés envió una grúa a las instalaciones para subir a los miembros de la familia hasta las ventanas de los residentes para que pudieran visitarlos sin comprometer la seguridad.
Unos 40.000 judíos viven en los Países Bajos entre una población de 17 millones. El país tiene más de 4.500 muertes reportadas en total.
Marruecos
Aunque es hogar de solo entre 1500 y 2000 judíos entre una población de 36 millones, la comunidad ha perdido un asombroso 1% de su población con al menos 15 muertes, después de que una boda en la ciudad de Agadir sirvió como un vector para la infección. Entre los muertos hay dos familiares del líder del Partido Laborista israelí, Amir Peretz. La letalidad total de Marruecos llega a180.
Argentina
Con unos 200.000 miembros, Argentina es el hogar de la comunidad judía más grande de América Latina. La mayoría vive en Buenos Aires, que también es el epicentro de COVID-19 de ese país de 40 millones de habitantes.
Más de 20 judíos han muerto por el coronavirus, de un total nacional de aproximadamente 260 fallecidos. El país está en cuarentena desde el 20 de marzo, lo que ha ayudado a mantener la tasa de infección nacional relativamente baja.
Fuente: The Times of Israel. Versión NMI.