Los cuarenta años de servicio ininterrumpido del rabino Isaac Cohen marcan un hito en nuestra historia comunitaria.
La comunidad judía de Venezuela es única en el mundo por su estructura, su organización y la poco común hermandad que existe entre todos sus miembros, no obstante su procedencia diversa de numerosos países. Sefarditas, orientales y asquenazíes, cada uno con sus diferencias entre sí y dentro de sus grupos específicos, convivimos en una COMUNIDAD centralizada. Solidaria. Exitosa.
Esa característica no es obra del azar. Tiene mucho que ver con la concepción de los fundadores y de sus herederos… nosotros.
Pero tiene más que ver por el carácter ortodoxo que define a las instituciones. Somos ortodoxos, con distinto nivel de observancia individual. Y ello evita las divisiones, innecesarias y además peligrosas. Si no, veamos el mundo judío en general, otros países y otras comunidades, separadas por las denominaciones de sus miembros entre ortodoxos, conservadores y reformistas.
En esa unión en la que vive la comunidad judía venezolana, que nos parece lógica y natural, está la mano del Rabinato venezolano, y dentro del Rabinato, la del rabino principal de la comunidad.
El rabino Isaac Cohen ha ejercido su mandato rabínico dentro de la ortodoxia, la ha fortalecido y ha guiado dentro de sus conceptos y convicciones a la comunidad, a sus dirigentes y juntas directivas, a las familias y personas. A todos.
Es una tarea ardua que requiere constancia, conocimiento, preparación, mano derecha y mano izquierda. Y también, mucha autoridad. Autoridad no exenta de conflictos, que se resuelven, pero que constituyen batallas libradas y ganadas.
Igualmente, los sectores de la comunidad que fueron optando por una mayor observancia y hasta algo de la mal llamada radicalización, permanecen bajo la égida del Rabinato comunitario. Y como todos, respetan la institucionalidad que representa el rabino Cohen, además de su propia persona propia.
Esto es un logro muy importante, que a veces perdemos de vista porque lo vemos con demasiada naturalidad. Si detallamos otras comunidades en otras latitudes, y percibimos congregaciones antes que comunidades, podemos ver la diferencia con claridad, y hasta con espanto.
Isaac Cohen, el rabino, ha crecido con la comunidad y la ha hecho crecer. Isaac Cohen, la personadesprovista de títulos y diplomas, ha levantado una bonita familia que es parte integral de la comunidad judía que tanto queremos.
Sus 40 años son un testimonio de continuidad judía, de disciplina personal e institucional, de superación. De representatividad a todo nivel. Dentro y fuera de la comunidad, dentro y fuera de Venezuela. El rabino, gracias a sus logros académicos y profesionales, se ha ganado el respeto de todos. Por su personalidad y carácter, vehemente, explosivo, sincero y sencillo… el cariño de todos.
A casi tres generaciones que comprenden nacimientos, circuncisiones, bodas y otras cosas que no mencionamos, pero que son parte del ciclo de vida y las cosas del destino, tiene en su haber la envidiable combinación de ser querido y respetado a la vez.
Be simantov… Fiestas y alegrías, salud para todos.
«En honor al rabino Isaac Cohen: el significativo número 40», por el Rabino Chaim Raitport
«Mis sinceras y cálidas felicitaciones», por Moisés Carciente
«Cuarenta años de servicio comunitario», por Salomón Cohen Botbol
«Rabino Isaac Cohen, 40 años al servicio de la AIV», por Abraham Levy Benshimol
«La decisión de un líder», por Rabino Samuel Garzón
ENTREVISTA / Rabino Isaac Cohen “Todavía tengo muchas cosas por delante que quiero cumplir”