Israel no fue siempre el Estado próspero de hoy. Durante su primera década de existencia, mientras su población se multiplicaba gracias a la aliá masiva de sobrevivientes del Holocausto y refugiados del mundo árabe, hubo que establecer severas medidas de austeridad para evitar el hambre
Amit Naor*
La palabra “austeridad” se ha vuelto bastante común durante la última década, especialmente en la prensa financiera. Hizo su gran resurgimiento con la crisis económica mundial de 2008, así como durante la crisis de la deuda europea que la siguió.
La palabra hebrea para austeridad, tzena, tiene connotaciones algo diferentes para muchos israelíes. Es posible que algunos hayan oído hablar de la «era de la tzena» de los primeros años del Estado de Israel, pero aparte de algunas raras referencias en películas de culto locales ¿qué sabemos realmente sobre este período? Revisamos los archivos de la Biblioteca Nacional para traerles algunas de las vistas, y sabores, de la era de la austeridad de Israel.
Largas colas de israelíes para adquirir productos con cupones de racionamiento, a principios de la década de 1950
(Foto: GPO)
Durante la primera década de la existencia del Estado, el gobierno israelí instauró una política económica de austeridad: tzena. Sin embargo, cuando se usa hoy, el término generalmente se refiere solo a los primeros años, cuando su influencia era extremadamente notable. Aunque esta política incluía medidas económicas en muchos campos diferentes, el aspecto más recordado es el racionamiento de alimentos. Los precios de los productos alimenticios estaban regulados y supervisados, y los ciudadanos podían comprar solo cantidades limitadas que recibían a cambio de cupones.
De hecho, el racionamiento se extendía a otros productos, como muebles y ropa. Empresas israelíes como Lodjia y Ata producían ropa que se distribuía a cambio de cupones de racionamiento, y marcaron la pauta de las tendencias de la moda en el pequeño país durante la década de 1950.
Afiche de propaganda del gobierno israelí: “El racionamiento garantiza alimentos para todos”
(Fuente: Colección Histórica de la Biblioteca Nacional de Israel)
En ese momento, el gobierno israelí no era el único en el mundo que aplicaba un régimen de austeridad o racionamiento, para lo cual había varias justificaciones. En primer lugar, Israel todavía se estaba recuperando de la agotadora Guerra de Independencia de 1948 (durante la cual también se restringieron los productos alimenticios). En segundo lugar, y este es quizá el tema más importante, el gobierno estaba extremadamente preocupado de que, sin el racionamiento, el Estado no pudiera proporcionar alimentos y ropa a todos los nuevos inmigrantes, que en ese momento llegaban en grandes oleadas, la mayoría sin pertenencias de ningún tipo. Además, el gobierno deseaba reducir el costo de la vida para evitar grandes brechas económicas en la sociedad.
Así, los ciudadanos israelíes debían tomar sus cupones de comida, calcular los puntos, e informar a la tienda de comestibles en la que estaban registrados. Recibían aceite, azúcar, margarina y arroz, disfrutaban de carne tal vez una vez por semana, y pescado quizá dos veces al mes. De vez en cuando recibían huevos, chocolate, 100 gramos de queso o frutos secos. A menudo había escasez, y los clientes no siempre podían recibir los productos alimenticios que deseaban.
La organización WIZO ofreció una exposición gastronómica en la que se exhibieron “platos de austeridad”. El gobierno, por su parte, trataba de convencer a la gente de las maravillas del huevo en polvo
La frugalidad de las opciones disponibles obligó a los ciudadanos a ser creativos al cocinar, y hubo quienes acudieron en su ayuda: la gurú de la cocina de la época, Lillian Kornfeld, publicó un libro al respecto. La organización WIZO ofreció una exposición gastronómica en la que se exhibieron “platos de austeridad”. El gobierno, por su parte, trataba de convencer a la gente de las maravillas del huevo en polvo.
Debido a la escasez de alimentos básicos, rápidamente surgieron un mercado gris y un mercado negro. Los inmigrantes que recibían cupones los vendían a cambio de dinero en el mercado gris. Los productos de calidad cayeron gradualmente en manos de comerciantes avispados que establecieron un mercado negro, donde los ciudadanos podían obtener huevos y carne, mantequilla y chocolate. El gobierno trató de combatir el mercado paralelo que surgía ante sus narices, y realizó agresivas campañas publicitarias para atacarlo. Las autoridades también establecieron un mecanismo que incluía registros de apartamentos y pertenencias personales, en un intento por eliminar el mercado negro.
Poco a poco, esta política de restricciones provocó un creciente resentimiento entre los ciudadanos israelíes. El público acumulaba lentamente más dinero del que podía gastar, pues no podía usarlo debido al régimen de austeridad. En el verano de 1950 estalló una huelga general entre los comerciantes, que exigían un cambio en la política del gobierno. Tiendas de ropa y calzado, cafés y restaurantes cerraron sus puertas.
Afiche contra el mercado negro: “¡El especulador es tu enemigo! El mercado negro es tu catástrofe”
(Fuente: Colección Histórica de la Biblioteca Nacional de Israel)
El resentimiento ciudadano se extendió rápidamente a la arena política. El partido gobernante Mapai apoyaba la política, argumentando que era un mal necesario para absorber la inmigración masiva; pero sus rivales políticos no dudaron en atacar el régimen de austeridad. El grupo más destacado en la lucha contra el racionamiento fue el Partido General Sionista. En la elección de la Knesset de 1951 hicieron campaña con el lema “Vivamos en este país”; esta exitosa campaña lo posicionó como el principal competidor del Mapai y ganó 20 escaños, su mayor logro en la historia del Estado.
La política de racionamiento fue abolida oficialmente en 1959, pero incluso antes se realizaron cambios en las restricciones. La mejora en la situación económica de Israel, la resistencia civil, la burocracia insoportable y el mercado negro que hacía que la austeridad fuera irrelevante, motivaron progresivas modificaciones.
En 1952, el Ministro de Finanzas Eliezer Kaplan y su sustituto, Levi Eshkol, introdujeron un programa llamado “Nueva Política Económica” y dieron el primer paso para mejorar la situación de los ciudadanos de Israel. Sin embargo, en retrospectiva, algunos opinan que la austeridad fue un gran logro: gracias a las impopulares medidas, Israel, un joven Estado de la posguerra, logró desarrollar su economía y absorber a millones de inmigrantes sin pasar hambre.
*Historiador.
Fuente: Biblioteca Nacional de Israel (nli.org.il).
Traducción Sami Rozenbaum / Nuevo Mundo Israelita.
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