Las dosis inyectables y orales que se desarrollan en el país pueden resultar claves para proteger de las mutaciones del coronavirus SARS-CoV-2
Abigail Klein Leichman*
Diferentes vacunas contra el Covid-19 que se están desarrollando en Israel lucen prometedoras, por su capacidad para proteger contra las nuevas variantes del virus que desafían a las inyecciones existentes.
En mayo del año pasado, investigadores de todo el mundo se apresuraron a formular vacunas contra el coronavirus SARS-CoV-2, pero Israel, al darse cuenta de que no ganaría esa carrera, compró millones de dosis de la inoculación ARNm de Pfizer-BioNTech y Moderna de Estados Unidos, y se convirtió en líder mundial en la vacunación de los ciudadanos elegibles.
En esa línea, fue el primer país en administrar la vacuna a jóvenes de 12 a 15 años y en ofrecer refuerzos a personas inmunodeprimidas y mayores de 60 años.
Sin embargo, las inoculaciones locales —que aún están por llegar— pueden finalmente volverse importantes como primarias, o como refuerzos contra variantes altamente contagiosas del virus.
Ampollas de la vacuna experimental BriLife producida por el Instituto de Investigación Biológica de Israel.
(Foto: Oficina del Portavoz del Ministerio de Defensa de Israel)
Con sede en EEUU, la compañía NRx Pharmaceuticals pronto recibirá una licencia para los derechos exclusivos de desarrollo, fabricación y comercialización en todo el mundo de la nueva vacuna contra el coronavirus BriLife, desarrollada por el Instituto de Investigación Biológica de Israel (IIBR) del Ministerio de Defensa.
Brilife se basa en una plataforma de inoculaciones anteriores aprobada por la Administración de Medicamentos y Alimentos de EEUU (FDA) que ha sido optimizada aún más por el IIBR y redirigida para el Covid-19. Al tratarse de una vacuna de virus vivo, NRx anticipa un escalado y una fabricación industrial rápidos y asequibles.
“Mientras las vacunas de primera generación se enfrentan cada vez más a la mutación rápida del coronavirus, nuestro objetivo es desarrollar una que pueda escalar con rapidez y a bajo costo, para satisfacer las necesidades tanto del mundo desarrollado como de los países en desarrollo”, afirma Jaim Hurvitz, director de NRx, presidente del grupo de capital privado israelí CH Health, ex director de Teva Pharmaceuticals y ex presidente del Grupo Teva International.
En la actualidad, Hurvitz codirige la iniciativa con el presidente y director ejecutivo de NRx Pharmaceuticals, el doctor Jonathan Javitt, un experto en salud pública que tuvo roles de liderazgo en siete exitosas startups biofarmacéuticas y tecnologías de la información para el cuidado de la salud. Además dirigió programas de desarrollo de medicamentos para las firmas Merck, Allergan, Pharmacia, Novartis y Pfizer.
Javitt afirma que BriLife presenta al sistema inmunitario la proteína de pico completa del coronavirus, mientras que las vacunas de ARNm lo hacen con una pequeña porción. “Esperamos que BriLife cree una respuesta inmunológica más amplia y mejore la protección contra el Covid-19 y sus variantes”, indicael científico.
Mientras tanto, BriLife continúa los ensayos clínicos de Fase II en Israel y en Georgia. Las pruebas también se realizarán en Ucrania y otros países europeos.
MigVax es un centro de vacunas derivado del Instituto de Investigación Migal Galilee del Ministerio de Ciencia y Tecnología de Israel, que está desarrollando una inoculación oral contra el Covid-19 que se llamará MigVax-101.
Esta es considerada una vacuna de “sub-unidad” que contiene trozos de proteína de coronavirus (no virus vivos o muertos), que serán administrados por vía oral para estimular los anticuerpos y células inmunitarias a combatir el coronavirus en la mucosa, la sangre y las células.
Dos meses atrás, MigVax publicó los resultados de las pruebas preclínicas en roedores de laboratorio. Estas demostraron la eficacia potencial de MigVax-101 como refuerzo de anticuerpos para personas previamente vacunadas.
Actualmente la compañía recauda fondos para lanzar ensayos clínicos en humanos de Fase I y Fase II. Si son exitosos, la vacuna podría empezar a comercializarse dentro de un año posterior al comienzo de estas pruebas.
Las vacunas orales ofrecen beneficios significativos respecto a las inyecciones, porque se pueden tomar en casa, sin citas, sin esperar turnos y sin dolores en los brazos. Si bien las dosis tendrían que estar refrigeradas, no necesitarían condiciones de “congelación profunda” como las vacunas de ARNm, que por eso son más caras y difíciles de trasportar y almacenar.
MigVax indica que su candidata a vacuna se encuentra en una “posición única para abordar nuevas variantes”, porque la sub-unidad se puede adaptar muy rápido a las posibles mutaciones y sus componentes proteicos son estables, lo que significa que la vacuna puede ser eficiente durante períodos más prolongados antes de que se necesite un refuerzo.
Por otra parte, MigVax-101 podría ser aceptable para una población más amplia, incluidas las personas que desconfían de recibir inyecciones de material genético o viral, así como para bebés, niños, mujeres embarazadas y otros.
“Los resultados de las pruebas aumentan nuestra confianza en que nuestra vacuna oral de sub-unidad MigVax-101 hará una contribución positiva a un mundo que se enfrenta a la nueva realidad pospandémica”, explica el profesor Itamar Shalit, experto en enfermedades infecciosas de MigVax.
El científico añade que los refuerzos orales como MigVax-101 serán “habilitadores clave” que ayudarán a las organizaciones de salud de todo el mundo a pasar del “modo pánico” a la rutina, gracias a su capacidad para reducir el costo y ampliar el alcance de los programas de vacunación existentes.
Cultivo de algas en las instalaciones de la compañía TransAlgae de Rehovot
(Foto: TransAlgae)
Existe otra vacuna oral en desarrollo por parte de Oravax Medical, una subsidiaria de Oramed Pharmaceuticals de Jerusalén, una empresa mixta creada en marzo pasado junto a Premas Biotech de la India.
Oravax aprovecha la tecnología patentada de administración oral de proteínas (POD) de Oramed y la tecnología exclusiva de vacuna de partículas similares a virus de Premas, para enfocarse en tres proteínas de superficie del virus CoV-2 del SARS, incluidas las proteínas menos susceptibles a la mutación.
De ese modo, Oravax sería potencialmente eficaz contra mutaciones actuales y futuras, tanto como vacuna independiente como un refuerzo para personas previamente vacunadas. “Nuestra vacuna es un candidata fuerte contra el virus Covid-19 en evolución, ya que su objetivo único es tres proteínas en lugar de una”, expresa Nadav Kidron, director ejecutivo de Oramed.
Hace poco, Oravax completó un exitoso estudio piloto en animales. Hoy ya se prueba en animales contra variantes, incluida la Delta.
La compañía indica que pronto empezarán los ensayos clínicos de prueba de concepto en el Centro Médico Sourasky de Tel Aviv, para medir el nivel de anticuerpos y otros indicadores de inmunidad.
Kidron dice que Oramed quiere orientar inicialmente su vacuna a países que no han podido pagar las vacunas de ARNm para su población. Como ya se explicó, una vacuna oral es menos costosa de enviar, almacenar y administrar sin la necesidad de profesionales de la salud.
Existen otras posibles vacunas israelíes que hoy están en las primeras etapas de desarrollo, algunas en laboratorios de universidades, incluido el Instituto de Tecnología Tejnión y las universidades de Tel Aviv y Bar Ilán.
A su vez, en la empresa TransAlgae de Rejovot desarrolla una vacuna de sub-unidad oral que usaría un vehículo de administración comestible basado en algas modificadas. Bioencapsulada dentro de las algas, una molécula de proteína de coronavirus específica viaja intacta a través del sistema digestivo, para estimular su objetivo: el sistema inmunitario. Eyal Ronen, vicepresidente de desarrollo comercial de TransAlgae, señala que esta vacuna está en la etapa de ensayos preclínicos. Mientras, TransAlgae busca asociaciones estratégicas con empresas de EEUU para promover su desarrollo.
El principal campo de especialización de la empresa son las vacunas para animales y peces, así como los insecticidas para cultivos. “No somos una empresa farmacéutica, y no estábamos interesados en entrar en el campo de la salud humana en este momento; pero nuestros accionistas nos preguntaban ¿por qué no usar esto para seres humanos? Así fue como aceptamos el desafío”, reconoce Ronen.
*Periodista y escritora, editora asociada en Israel21c.
Fuente: Israel21c.
Versión NMI.