El 36º gobierno de Israel tuvo numerosos logros en las áreas de seguridad, economía y salud. Sin embargo, los intentos de abordar el alto costo de vida de Israel y los problemas del mercado de vivienda resultaron inútiles
Itamar Eichner*
El 36° gobierno de Israel, encabezado por NaftalI Bennett, sobrevivió solo un año, pero incluso durante ese corto lapso logró conseguir una serie de objetivos prometidos al público durante la campaña electoral.
La compleja coalición, sin embargo, compuesta por ocho partidos políticos que van de izquierda a derecha del mapa político israelí, y que incluye partidos judíos y árabes, religiosos y no religiosos, tuvo dificultades desde su inicio.
El último año resultó ser el más calmo en materia de seguridad en una década para los israelíes que viven cerca de la frontera con la Franja de Gaza. Hasta ahora, en 2022, solo se dispararon seis cohetes desde Gaza, sin que se produjeran víctimas.
El gobierno detuvo la política de contención hacia Hamás y respondió a cada globo incendiario y misil lanzado desde la Franja de Gaza, al tiempo que detuvo las trasferencias de efectivo para el grupo terrorista que gobierna el enclave palestino.
En el frente iraní, según publicaciones extranjeras, Israel ha llevado a cabo varios asesinatos de altos funcionarios iraníes y figuras clave involucradas en el programa nuclear. Además, las FDI aumentaron sus incursiones en Siria para poner fin al intento de Teherán de instalarse en la región y contrabandear armas a su representante libanés, Hezbolá.
Fotografía oficial del 36º gobierno de Israel cuando tomó posesión en junio de 2021, aún bajo la presidencia de Reuven Rivlin
(Foto: GPO)
Otro logro significativo fue persuadir a Estados Unidos de no eliminar a los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica de su lista de organizaciones terroristas. El gobierno de Bennett también logró mantener muy buenas relaciones con Estados Unidos respecto de Irán, incluso restableciendo las relaciones con el Partido Demócrata y el apoyo bipartidista a Israel. Un reflejo de eso fue la aprobación, por parte del Congreso, de un paquete de ayuda especial de mil millones de dólares para reponer el stock del sistema defensivo Cúpula de Hierro.
Durante su mandato, la coalición también enfrentó una ola de terrorismo en la que fueron asesinados 19 israelíes. El mes de Ramadán trascurrió relativamente tranquilo, tanto en Cisjordania como en Gaza. Pero luego sobrevino la debacle que rodeó la muerte y el funeral de la periodista de Al Jazeera Shireen Abu Akleh.
La coalición también trabajó incansablemente para mantener estable la economía mientras se enfrentaba a los vaivenes de la pandemia de Covid-19 y sus múltiples variantes. Bennett y el ministro de Salud, Nitzan Horowitz, aceleraron la campaña de vacunación, mientras se decidió mantener en funcionamiento el sistema educativo.
El gobierno también luchó contra el alto costo de la vida, e implementó reformas destinadas a reducir los precios y aumentar la competencia en el mercado, pero el resultado de esos cambios aún está por verse. De hecho, Israel está mostrando señales inquietantes de inflación, mientras que los precios de la vivienda siguen aumentando.
Sin embargo, por primera vez en tres años se aprobó un presupuesto estatal que permitió que las oficinas gubernamentales funcionaran correctamente después de un largo período de parálisis. En la primera parte del año las cifras de desempleo mostraron signos de disminución, aun cuando las últimas cifras de la Oficina Central de Estadísticas son menos prometedoras.
La lucha para combatir el crimen en el sector árabe también registró algunos avances en los últimos seis meses, pero una serie de asesinatos recientes dejó en claro que aún se necesita un gran esfuerzo para lograr el objetivo.
Durante la invasión rusa de Ucrania, el gobierno israelí fue criticado por no tomar una posición más fuerte contra Rusia. Israel también se negó a proporcionar armas a Kiev, debido a la necesidad de mantener buenas relaciones con Moscú.
*Periodista, analista político.
Fuente: Ynet.
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