Joseph Haddad, árabe israelí que reside en Nazaret, es director general de la organización Together — Vouch for Each Other (“Juntos — nos apoyamos uno al otro) que busca fomentar los lazos entre los árabes israelíes y el resto de la sociedad israelí. Fue comandante del ejército de Israel, y resultó herido en la Segunda Guerra del Líbano
Joseph Haddad
La semana pasada me desperté una mañana en mi casa en Nazaret, y me sorprendí al descubrir que estaba viviendo bajo un régimen racista de apartheid cuyo único propósito es “la promoción y perpetuación de la superioridad de un grupo de personas, los judíos”. Me froté los ojos, leí la historia con más profundidad, y me tranquilicé cuando me di cuenta de que los reportes estaban basados en otro informe de la ONG de izquierda B’Tselem.
El problema es que este informe se ha propagado como fuego sin control alrededor del mundo, y la propaganda está funcionando. B’Tselem, que se presenta como una organización de derechos humanos, tiene en realidad una clara posición política en contra de Israel. Esas personas no tienen límites. ¿Cómo se atreven a decir que yo, un árabe israelí que fue comandante de cientos de soldados judíos en las Fuerzas de Defensa de Israel y manejó a cientos de empleados judíos, vivo bajo un régimen de apartheid? ¿Cómo puede alguna persona decir que vivimos en una sociedad bajo un régimen de apartheid, si entre nosotros pueden encontrar médicos, jueces y hasta parlamentarios? ¿Cómo pueden decir que Samer Haj-Yehia vive bajo un régimen de apartheid mientras encabeza el banco más grande de Israel?
B’Tselem ya había roto el récord de la hipocresía, pero comparar a Israel con un régimen de apartheid no solo es una mentira, sino un insulto a aquellos surafricanos que realmente vivieron el apartheid. Es un desprecio al concepto y un uso cínico del mismo.
¿Cómo puede alguna persona decir que vivimos en una sociedad bajo un régimen de apartheid, si entre nosotros pueden encontrar médicos, jueces y hasta parlamentarios? ¿Cómo pueden decir que Samer Haj-Yehia vive bajo un régimen de apartheid mientras encabeza el banco más grande de Israel?
No estoy aquí para decir que todo en Israel es perfecto. Hay cosas que deben ser corregidas. Pero muéstrenme un país donde todo sea perfecto. Veo alrededor a nuestros vecinos en la región, y agradezco a Dios por haber nacido en el Estado de Israel, la única democracia del Medio Oriente. Es cierto, la minoría árabe en Israel enfrenta desafíos, como otras minorías nacionales en otros países. Sin embargo, mientras todo tipo de minorías en el Medio Oriente —musulmanes chiítas, musulmanes sunitas, yazidíes, drusos y por supuesto cristianos— son perseguidas, el Estado de Israel es el único país que otorga a las minorías igualdad de derechos y la posibilidad de influir sobre su futuro.
Cuando el director de B’Tselem, Hagai El-Ad, quien es judío, decide que yo, mi familia árabe y mis amigos árabes estamos todos viviendo bajo un régimen de apartheid, él y su organización están básicamente diciéndonos que nos ven como ciudadanos de segunda clase. B’Tselem, no promuevan su agenda a costa nuestra.
Para mi alegría, Israel será probablemente el primer país del mundo en salir de la crisis del coronavirus, y en pocos meses personas de todo el mundo podrán venir aquí y observar el “apartheid” en Israel con sus propios ojos. Entonces podrán escuchar el hebreo y el árabe hablados en el mercado de Nazaret, verán las mezquitas, iglesias y sinagogas una al lado de otra en Yafo, y la coexistencia del mosaico israelí por todo del país. Y tal vez, solo tal vez, su visita aquí hará que deseen vivir bajo un “régimen de apartheid”.
Fuente: Aurora.
Versión NMI.