Después de aproximadamente año y medio de una crisis sin precedentes y tres campañas electorales, Israel pronto tendrá finalmente gobierno: el Likud y Cajol Laván (Azul y Blanco) firmaron el 20 de abril el acuerdo para un gobierno conjunto. Se trata de un gobierno de rotación que contará con 32 ministerios.
Netanyahu permanecerá en el cargo durante año y medio, seguido de su Gantz. El Partido Laborista también se unirá al gobierno vía Blanco y Azul. Este último recibirá 16 ministerios, entre ellos el de Defensa y Asuntos Exteriores durante la mitad de la cadencia, además de Justicia, Cultura y Deportes, Inmigración y Absorción, Economía y Bienestar (para Amir Peretz e Itzik Shmuli del Partido Laborista), Comunicaciones, Agricultura, Asuntos estratégicos, Turismo, Igualdad Social, y Diáspora. Azul y Blanco también encabezará las presidencias de tres comités de la Knesset: Asuntos Exteriores, Interior y Educación.
El Likud recibirá los ministerios de Exteriores (durante la mitad de la cadencia), Seguridad Interna, Trasporte, Vivienda, Educación, Protección del Medio Ambiente, así como las carteras de Energía, Jerusalén y otras más pequeñas; también los comités centrales en la Knesset: Finanzas, Constitución, Trabajo y Bienestar, Coronavirus, Absorción y Economía. El embajador de Israel en la ONU también será del Likud.
Momento en que Benjamín Netanyahu y Benny Gantz firman el acuerdo para crear un gobierno de unidad nacional, 20 de abril de 2020.
(Foto: The Times of Israel)
Según el acuerdo, la solicitud de soberanía según el Plan Trump podría aplicarse desde el 1° de julio. La Ley Básica “Israel Estado Judío” permanecerá sin cambios.
Con respecto al Comité Judicial, se acordó que habrá dos representantes del Likud, y Zvika Hauser será el «representante de la oposición».
El acuerdo también otorga poder de veto a Netanyahu sobre el nombramiento del Fiscal General y el Fiscal Estatal, los dos altos funcionarios que supervisaron su acusación de soborno, fraude y abuso de confianza. Al respecto, el presidente del partido Yesh Atid, Yair Lapid, expresó: «Entonces, el compromiso en el Comité de Selección Judicial es que Bibi eligió a todos los representantes. Gantz y Ashkenazi acordaron permitir que un acusado penal designe a los jueces que discutirán su caso».
Las dos partes también decidieron que si el Tribunal Supremo de Justicia fallara antes de que el nuevo gobierno tome juramento que Netanyahu no puede formar coalición debido a las acusaciones en su contra, el acuerdo se anularía y la Knesset se disolvería; si ello sucediera, Netanyahu seguiría siendo primer ministro hasta que se celebrasen nuevas elecciones.
Este gobierno marcará la primera vez en que habrá una ministra etíope y una ministra haredi, además de un ministro árabe.
Durante la campaña electoral, Gantz había prometido no formar parte de un gobierno liderado por un primer ministro que enfrenta cargos criminales; pero recientemente retrocedió, diciendo que la magnitud de la crisis del coronavirus impone la necesidad de un gobierno de unidad de emergencia. “Hemos evitado una cuarta elección. Protegeremos la democracia. Lucharemos contra el coronavirus y cuidaremos a todos los ciudadanos de Israel”, escribió en Twitter después de firmar el acuerdo.
El líder de la Lista Conjunta Árabe, Ayman Odeh, criticó el acuerdo. “El gobierno de rendición de Gantz y Netanyahu es una bofetada a la mayoría civil que acude a las urnas una y otra vez para expulsar a Netanyahu”, dijo Odeh, quien respaldó a Gantz para formar gobierno después de las elecciones del 2 de marzo. “Gantz no fue lo suficientemente valiente como para triunfar y eligió legitimar la anexión, el racismo y la corrupción”, apuntó Odeh.
El anuncio también fue criticado por el líder de Israel Beiteinu, Avigdor Liberman, quien durante mucho tiempo ha sido partidario de un gobierno de unidad para poner fin al estancamiento político. Lo descartó como “otro gobierno de Netanyahu y su bloque religioso-mesiánico”.
Cabe señalar que este gobierno marcará la primera vez en que habrá una ministra etíope y una ministra haredi (ultraortodoxa), además de un ministro árabe.
Posible anexión de territorios de Cisjordania
El nuevo gobierno de unidad nacional podría permitir a Israel iniciar una legislación para anexarse territorios de Cirjordania (Judea y Samaria) a partir del 1° de julio. De acuerdo con la cláusula 29 del acuerdo, Netanyahu “podrá plantear el acuerdo alcanzado con Estados Unidos para aplicar la soberanía [en los territorios] para su aprobación en el gabinete o la Knesset, a partir del 1° de julio de 2020”. Resulta más probable que la propuesta sea aprobada por la Knesset, ya que los partidos que han expresado su apoyo a la anexión tienen mayoría allí.
El acuerdo estipula que Netanyahu y Gantz actuarán “en completo acuerdo con EEUU, incluyendo el tema de los mapas de la Margen Occidental, y en diálogo con la comunidad internacional”. Sin embargo, algunos analistas estiman que Washington podría vacilar en adelantar la anexión a pocos meses de las elecciones presidenciales de noviembre.
Se espera que el gobierno incluya 32 ministros y más de una docena de viceministros, lo que lo convierte en el más grande en la historia de Israel
La anexión constituiría una victoria para Netanyahu, quien durante las tres campañas presidenciales del último año prometió imponer la soberanía israelí en todas las poblaciones judías de Cisjordania, así como sobre el Valle del Jordán. Gantz, aunque no fue tan directo sobre el tema, sí manifestó estar de acuerdo con la anexión del Valle del Jordán en enero pasado, y expresó su aprobación al “Plan del Siglo” de Trump.
Por su parte, el primer ministro de la Autoridad Palestina, Mohamad Shtayeh, declaró que “la formación de un gobierno anexionista significa el fin de la solución de dos Estados, y el desmantelamiento de los derechos del pueblo palestino establecidos bajo la legislación internacional”.
El movimiento Paz Ahora expresó en un comunicado: “El costo de las anexiones será muy superior a los costos debilitantes de la crisis del COVID-19. Más aún, anexar territorios sin otorgar plenos derechos de ciudadanía a los millones de palestinos que quedarán en enclaves nominalmente autónomos bajo control israelí significaría el fin de la democracia de Israel”.
Con información de Hatzad Hashení, The Times of Israel
y Radio Jai. Versión NMI.