Cuando los Aliados liberaron los primeros campos, las espantosas imágenes de lo que encontraron no se difundieron ampliamente. El descubrimiento de Ohrdruf marcó un punto de inflexión
Las imágenes de lo que encontraron los Aliados cuando liberaron por primera vez los campos de exterminio nazis hacia el final de la Segunda Guerra Mundial atrajeron la atención mundial sobre el horror del Holocausto. Muchas de las horribles fotografías y películas fueron al principio ocultadas al público, en parte por la preocupación por aquellos que tenían parientes desaparecidos.
Los campos de concentración y exterminio fueron liberados a uno a medida que los ejércitos aliados avanzaban sobre Berlín en los últimos días de la guerra. El primero fue Maidanek, en el este de Polonia, liberado el 24 de julio de 1944 por el Ejército Rojo soviético. Pero fue solo al año siguiente que la cobertura mediática fue alentada por el gobierno provisional de Francia establecido por el general Charles De Gaulle después de la liberación.
El general estadounidense Dwight Einsenhower, Comandante Supremo de las Fuerzas Aliadas en Europa, observa cadáveres de prisioneros en el campo de Ohrdruf, Alemania.
(Foto: buchenwald.de)
Marchas de la muerte
En junio de 1944, cuando ya era claro que Alemania estaba perdiendo la guerra, el líder nazi Heinrich Himmler ordenó que los campos fueran evacuados antes de que los alcanzaran las tropas aliadas, y que sus prisioneros fueran trasferidos a otros campos.
Sus principales campos de concentración en los Estados bálticos eran los más expuestos al avance de las tropas soviéticas. Los oficiales de las SS recibieron la orden de ocultar todos los rastros de sus crímenes antes de huir.
El complejo de Auschwitz-Birkenau en el sur de Polonia, liberado por el Ejército Rojo el 27 de enero de 1945, había sido desmantelado gradualmente desde mediados de 1944, y sus más de 60.000 prisioneros fueron evacuados. Cuando llegaron los soviéticos, solo quedaban 7000 prisioneros, que eran incapaces de caminar y seguir a los demás en lo que se conoció como «marchas de la muerte» a otros campos.
Imágenes no compartidas
El descubrimiento de los primeros campos tuvo poco impacto en el público en general, porque las imágenes no se difundieron ampliamente. Investigadores rusos y polacos fotografiaron Maidanek y Auschwitz, y fotógrafos del ejército de EEUU filmaron un documental sobre Struthof, el único campo de concentración nazi ubicado en Francia. Pero Francia en particular no quería trasmitirlo, para evitar alarmar a las personas con familiares desaparecidos después de ser deportadas, capturadas o reclutadas.
Un punto de inflexión llegó el 6 de abril de 1945, con el descubrimiento de Ohrdruf, un anexo del campo de Buchenwald en Alemania. Meyer Levin y el fotógrafo de la AFP Eric Schwab ingresaron allí. El Comandante Supremo de las Fuerzas Aliadas en Europa, Dwight Eisenhower, lo visitó el 12 de abril, y luego describió lo que calificó como «condiciones de un horror indescriptible».
El liderazgo aliado decidió de inmediato que toda la censura debía ser levantada para que el mundo pudiera ver la evidencia de las atrocidades nazis. Esa noche, el diario comunista francés Le Soir publicó en su portada la foto de una fosa común.
Días después, Eisenhower dijo que los periodistas deberían visitar los campos «donde la evidencia de bestialidad y crueldad es tan abrumadora, como para no dejar ninguna duda en sus mentes sobre las prácticas de los alemanes».
Fuente: AFP / The Times of Israel. Traducción NMI.
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