Los judíos de todo el mundo celebran Tu Bishvat, festividad que ha cobrado especial importancia en el Estado judío al marcar el vínculo del pueblo con su tierra
Shai Rabineau*
Como profesor investigador de la extensa red de rutas de senderismo de Israel, he pasado muchos días y noches en el campo, recorriendo rutas de larga distancia y durmiendo bajo las estrellas. Al igual que muchos israelíes, a los compañeros de excursión que conozco les apasiona aventurarse en la naturaleza, y en ningún momento esa pasión es más visible que la festividad judía de Tu Bishvat.
Miles de personas recorrerán los senderos de Israel durante la fecha que a veces se describe como “Día judío del árbol”. La historia de Tu Bishvat se remonta a la antigüedad, pero su significado se ha trasformado, especialmente en Israel, donde se ha convertido en una celebración de la tierra que está estrechamente ligada a la identidad nacional.
En Israel, después de todo, es difícil hablar de tierra sin hablar de política. El control de la tierra ha estado en el centro de los conflictos de Israel con los palestinos y sus países vecinos, lo que significa que el amor por la naturaleza puede estar estrechamente relacionado con la política y la religión.
Frutos secos en venta en el marcado Majané Yehudá de Jerusalén, en vísperas de Tu Bishvat
(Foto: Flash90)
El nombre Tu Bishvat se refiere al día 15 del mes de Shvat en el calendario hebreo. Este año comienza la noche del 5 de febrero. Durante las siguientes 24 horas, las comunidades judías de todo el mundo realizan servicios especiales, y las familias observantes comen productos mencionados en la Biblia, como frutos secos y nueces. En Israel, las escuelas y las instituciones cívicas celebran las plantas y los árboles del país.
Tu Bishvat comenzó como el “año nuevo de los árboles” en la Mishná, texto de la ley judía que se escribió hace casi 2000 años. La Biblia dice que el fruto de un árbol no se puede cosechar hasta el cuarto año, y que no puede comerse hasta el quinto. En lugar de hacer que todos lleven un registro exacto de cuándo se plantó cada árbol, la Mishná estableció Tu Bishvat como una especie de cumpleaños para todos los árboles: en esa fecha, se consideraba que cada árbol entraba en su próximo año.
Después de la destrucción del Templo judío en Jerusalén en el primer siglo de la era común y la dispersión del pueblo judío por todo el mundo, Tu Bishvat evolucionó hasta convertirse en un recuerdo de Israel.
Los místicos judíos del siglo XVI celebraban el “año nuevo de los árboles” comiendo frutas y nueces mencionadas en la Biblia como productos nativos del país: almendras, higos, dátiles, aceitunas, etc. Sus prácticas se extendieron a las comunidades judías de todo el mundo.
Jóvenes participan en un programa de siembra de árboles del Keren Kayemet LeIsrael en Tu Bishvat
(Foto: Flash90)
Desde finales del siglo XIX, el sionismo surgió como un movimiento político: el esfuerzo por establecer un Estado judío en Éretz Israel, que entonces estaba bajo control otomano, para escapar del antisemitismo. Aunque la mayoría de los sionistas eran seculares, vieron a Tu Bishvat como una tradición que podía apoyar sus objetivos ideológicos.
Esto fue particularmente cierto para la juventud radical que llegó a ser conocida como la generación «pionera» de Israel. Muchos de sus líderes eran socialistas revolucionarios que venían de Europa Oriental, donde históricamente a los judíos se les había negado la capacidad de poseer y cultivar tierras. Vieron la conexión con el suelo como un componente clave de la vida nacional, y consideraban que para los judíos esta conexión necesitaba ser restaurada.
Estos jóvenes líderes se dedicaron al trabajo agrícola, y llegaron a ser conocidos como sionistas laboristas. Se mudaron a áreas rurales, construyeron caminos, cavaron pozos, araron campos y construyeron aldeas. Pero estos «pioneros» también fueron místicos a su manera, que crearon lo que se describió como una «religión del trabajo». Buscaron volverse uno con la tierra de Israel a través de su labor, pero además íntimamente a través de actos como caminar descalzos en la tierra, sumergirse en lagos y arroyos y ver cómo su sudor goteaba en el suelo.
En lugar de hacer que todos lleven un registro exacto de cuándo se plantó cada árbol, la Mishná estableció Tu Bishvat como una especie de cumpleaños para todos los árboles: en esa fecha, se consideraba que cada árbol entraba en su próximo año
La veneración de la naturaleza por parte de los sionistas laboristas conmocionó a sus contemporáneos religiosos, quienes consideraban sus prácticas algo cercano al paganismo. Pero estos jóvenes activistas no dedicaban todo su tiempo a adorar el suelo, la flora y la fauna del país; participaron en la construcción del Estado, y ayudaron a reformular Tu Bishvat como una fiesta nacional que destacaba la naturaleza.
Después de que el Estado de Israel se independizara en 1948, la festividad se agregó al calendario oficial del país, y se celebró con grandes iniciativas de plantación de árboles y construcción de senderos para los escolares. En medio de los primeros conflictos del Estado con sus vecinos árabes, una de las lecciones implícitas de la festividad fue que los israelíes debían amar su tierra lo suficiente como para estar dispuestos a luchar por ella.
Pero Tu Bishvat permaneció centrado en el amor por la naturaleza. Cuando nació el movimiento ambientalista de Israel a principios de la década de 1960, organizó caminatas en Tu Bishvat para aumentar la conciencia pública sobre áreas ecológicamente sensibles, y para protestar contra los planes estatales de construcción a gran escala allí. Los participantes vieron el senderismo no solo como una actividad recreativa, sino como un medio para aumentar la conciencia ambiental.
Soldado de las Fuerzas de Defensa de Israel planta árboles en la reserva natural de Oz Vegaon durante Tu Bishvat
(Foto: Flash90)
Muchas comunidades judías de todo el mundo, incluso en Estados Unidos, continúan observando Tu Bishvat de manera tradicional. Pero las lecciones nacionalistas de la festividad impartidas por los primeros sionistas todavía resuenan en generaciones de israelíes, incluidos los cientos de miles de excursionistas que usan el sistema de 10.000 kilómetros de senderos para caminar a lo largo y ancho de su país.
Meron Benvenisti, erudito israelí que creció organizando caminatas para jóvenes y plantando árboles en Tu Bishvat, escribió que incluso después de desilusionarse del sionismo, sus lecciones aún definían su relación con la naturaleza. “Esta tierra es parte de mí y yo soy parte de ella”, escribió. “Mis amigos estadounidenses se ríen cuando les digo que los árboles en flor de Central Park me parecen falsos”. Su profunda conexión con la tierra en su país de origen le hizo sentir que Israel era el único lugar en el que valía la pena vivir o por el que valía la pena vivir.
En medio de los primeros conflictos del Estado con sus vecinos árabes, una de las lecciones implícitas de la festividad fue que los israelíes debían amar su tierra lo suficiente como para estar dispuestos a luchar por ella
Es importante entender este sentido que tienen algunos israelíes de una relación única, casi mística, con la tierra en el contexto de las luchas en curso entre israelíes y palestinos. Cisjordania es parte de lo que muchos israelíes ven como la tierra bíblica de Israel. Pero también es la patria de millones de palestinos que también aman su tierra y cuya presencia allí está profundamente arraigada. Cuando la tierra está dotada de tal importancia, es mucho lo que está en juego en el conflicto.
Sin embargo, el uso de Tu Bishvat para promover la preservación de la naturaleza también crea un espacio para discutir preocupaciones más universales. Cada año, las comunidades judías organizan eventos que abordan problemas globales como el cambio climático.
Muchos judíos adoptan un concepto tradicional llamado tikun olam, que exhorta a ayudar a Dios a “reparar el mundo”. Tu Bishvat se ha convertido en un día para hacer esto en el sentido más literal.
*Director Asociado del Centro de Estudios de Israel en la Universidad Estatal de Nueva York.
Fuente: The Times of Israel.
Traducción Sami Rozenbaum / Nuevo Mundo Israelita.