E ste miércoles 26 de octubre, el Comité del Patrimonio Mundial de la Unesco aprobó una resolución similar a la suscrita por el Comité Ejecutivo hace dos semanas, desvinculando el Monte del Templo de Jerusalén del pueblo judío. La nueva resolución declara que el Muro Occidental (Kotel) “forma parte de la mezquita de Al-Aqsa/Al-Haram Al-Sharif”.
Los países que votaron a favor fueron Líbano, Cuba, Kuwait, Túnez, Turquía, Azerbaiyán, Kazajstán, Indonesia, Vietnam y Angola; en contra votaron Tanzania y Filipinas; mientras que se abstuvieron Polonia, Portugal, Croacia, Finlandia, Corea del Sur, Burkina Faso, Perú y Zimbabue. Jamaica estuvo ausente.
The Jerusalem Post había informado el día anterior que la Autoridad Palestina y Jordania advirtieron a los 21 Estados miembros del Comité del Patrimonio Mundial que no se opusieran o abstuvieran en la votación, con una amenaza: “De lo contrario, la delegación del Reino de Jordania y la delegación de Palestina, de acuerdo con las reglas de procedimiento, estarán obligadas a considerar otras opciones”; este fue un evidente chantaje, pues las “otras opciones” pueden interpretarse como actos de violencia.
Políticos israelíes y organizaciones judías internacionales han vuelto a elevar sus voces de protesta. “El absurdo continúa, y la Unesco ha adoptado otra ridícula decisión que está completamente desconectada de la realidad”, declaró en un comunicado el embajador israelí en la ONU, Danny Danon. El director ejecutivo del Comité Judío Americano, David Harris, criticó que “Estados miembros de dos entidades de la Unesco hayan sucumbido a los perniciosos designios de la Autoridad Palestina y países árabes, que durante mucho tiempo han tratado de explotar ese foro para criticar a Israel y negar el vínculo indiscutible del pueblo judío con Jerusalén. Esto puede dar satisfacción al liderazgo palestino, pero nos aleja de cualquier prospecto de paz y coexistencia”.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, llamó a consultas al representante en la Unesco, Carmel Shama-Hacohen.
Por su parte Shimon Samuels, director de relaciones internacionales del Centro Simon Wiesenthal, advirtió que considerar que el Kotel es parte de la mezquita de Al-Aqsa “puede provocar más violencia contra los judíos en Israel y los cristianos en todo el Medio Oriente. Las mezquitas, los medios y las escuelas de la región podrán ahora asegurar que los no musulmanes que se acercan al Muro Occidental están profanando Al-Aqsa. La Unesco será responsable de las consecuencias”.
Samuels también comentó que un representante en la Unesco le dijo en privado que “mientras el patrimonio cultural está siendo destruido en Siria, Iraq y Libia, los palestinos abusan del tiempo y la paciencia del Comité del Patrimonio Mundial”.
Con información de The Jerusalem Post, The Times of Israel, Israel Hayom, Radio Jai y Simon Wiesenthal Center.