El 18 de abril se realizó en el colegio Moral y Luces Herzl-Bialik la conmemoración de Yom Hashoá Vehagvurá (Día de Conmemoración de las Víctimas y Héroes del Holocausto), en un solemne acto lleno de silencio y tristeza por los seis millones de judíos víctimas de la Shoá, al conmemorarse 80 años del levantamiento del Gueto de Varsovia.
El acto se llevó a cabo en Salón de Usos Múltiples del Liceo, y fue organizado por la morá Myriam Obermeister, coordinadora del Departamento de Asuntos Judaicos. Al igual que en años anteriores, este evento contó con la participación especial del Comité Venezolano de Yad Vashem.
Estudiantes, docentes e invitados durante el acto
Tras un minuto de silencio por los judíos asesinados en la Shoá, el rabino Samuel Garzón, coordinador de Asuntos Religiosos del Sistema Educativo Comunitario (SEC); Eitan Weisman, rabino principal de la Unión Israelita de Caracas; y el rabino Oshri Arguane, de la Asociación Israelita de Venezuela, recitaron El Maalé Rajamim, el Yizkor y el Salmo 83, respectivamente.
La alumna Sarah Mishkin encendió una de las velas conmemorativas en representación de los estudiantes; observa el rabino Samuel Garzón
Por su parte, la presidenta de la Junta Directiva del SEC, Lizette Margulis, dirigió unas palabras a los estudiantes: “Cada día son menos los sobrevivientes de la Shoá de quienes podemos escuchar directamente sus testimonios de vida. Por lo tanto, lo que ustedes han aprendido y aprenderán proviene de lo que estudian en sus aulas de clases, grupos de liderazgo comunitario como Noar Le Noar, lo que ven en museos, documentales, libros y fotografías. Hoy en día, el mensaje de: recordar para no olvidar y no permitir que otros olviden, ni mucho menos minimicen o nieguen la existencia de la Shoá, debe ser llevado con más fuerza, conocimiento y convicción por cada uno de nosotros. (…) Cierro con una frase que hoy, al cumplirse 80 años del levantamiento del Gueto de Varsovia, cobra un especial sentido. Una frase que expresa la continuidad del pueblo judío a lo largo de la historia. Y que digo con gran orgullo y sentimiento. Am Israel Jai”.
El rabino Eitan Weisman recitando el Yizkor
De seguidas, el alumno Arie Sar Shalom, presidente del Centro de Estudiantes del Liceo, se refirió a la importancia de recordar lo padecido por nuestros antepasados, y cómo los jóvenes deben trasmitir este legado de generación en generación, para que nunca más sucedan hechos tan atroces como los ocurridos durante la Shoá.
Acto seguido se procedió al encendido de las velas conmemorativas por los seis millones de kedoshim de la Shoá; alumnos, profesores, sobrevivientes y diversos representantes de la comunidad judía de nuestro país fueron los designados para el encendido.
Miembros de la Junta Directiva del SEC y dirigentes de instituciones comunitarias, junto al candelabro conmemorativo
Posteriormente, las alumnas Ellie Shai Kaim y Dana Serfaty interpretaron unos temas musicales, con el apoyo del maestro Harold Yaacov Vargas, del Centro Cultural Educativo Gonzalo Benaim Pinto de Hebraica.
Comunicaciones Institucionales y Departamento de Estudios Judaicos del SEC /
Redacción NMI.
Tomás Osers, presidente del Comité Venezolano de Yad Vashem, rodeado de estudiantes que se acercaron al finalizar el acto para hacerle preguntas
El discurso de orden
Tomás Osers, presidente del Comité Venezolano de Yad Vashem e hijo de sobrevivientes de la Shoá, pronunció un intenso discurso en el cual destacó:
“Visto desde nuestra cómoda distancia, pareciera que el genocidio del pueblo judío fue solo la obsesión enfermiza de un loco llamado Hitler contra los judíos. Otros, dan la impresión de creer que el asunto de los nazis fue un capítulo más de la guerra entre nacionalistas y comunistas. Algo hay de ambas cosas. Pero por sí solas no lo explican todo. El juicio de Núremberg y los años posteriores demostraron que los salvajes eran probos funcionarios. Puntuales. Cumplidores. Amantes del trabajo bien hecho. Honrados padres de familia. Pero hubo algo más. Hubo un proceso de corrupción del pensamiento nacido del seguimiento fanático a un líder, un falso mesías, que culpaba a un sector de la sociedad de ser responsable de todos los problemas de un país.
“Como miembros del Comité Venezolano de Yad Vashem hemos acompañado a los sobrevivientes de la primera generación en sus conferencias, en el relato de sus testimonios, difíciles de digerir; los hemos escuchado y nos hemos preparado, porque nosotros, como segunda generación de sobrevivientes, estamos obligados a preservar la historia. Ahora les toca a ustedes, tercera y cuarta generación, hacer lo mismo. Ustedes representan la continuidad de preservar la memoria de la Shoá. Ustedes, al igual que nosotros, se deben preguntar: ¿es que vamos a dejarle el camino libre a los negacionistas y revisionistas, para que sigan asesinando nuevamente a seis millones de judíos, o para escuchar a personas diciendo que la Shoá es un invento judío donde tan solo murieron, y escúchese bien, 60 personas?
“Hoy en día vemos, en nuestra tierra natal, cómo aparecen de vez en cuando personas disfrazadas de Adolfo Hitler, o personas haciendo el saludo hitleriano, fiestas temáticas en relación con la época nazi, o personas pintando esvásticas. Es ahí donde estamos obligados a intervenir con el fin de enseñar, para hacer entender cuál es el significado de la Shoá y de la banalización del mal, muy bien expresado por Hannah Arendt. Debemos hacer entender que estos desagradables actos abren heridas que en algunos casos nunca llegaron y quizá nunca lleguen a cicatrizar, de familias desmembradas, asesinadas durante la Shoá”.
Con estos eventos destacamos la importancia que asigna el colegio Moral y Luces Herzl-Bialik a recordar nuestra historia y difundirla, a fin de que eventos como el Holocausto no se olviden, para que no se repitan.