El rabino principal de Polonia envió una carta de protesta al alcalde de Kazimierz Dolny, por la celebración de una “fiesta de burbujas” sobre un cementerio donde aún hay cientos de cuerpos sepultados
Dinah Spritzer*
El rabino principal de Polonia envió una airada carta de protesta al alcalde del pueblo de Kazimierz Dolny, reprochando a las autoridades de esa ciudad del este de Polonia por organizar una “fiesta de burbujas” para niños en el sitio de un antiguo cementerio judío, donde todavía están los cuerpos sepultados.
Las autoridades de Kazimierz Dolny llenaron de burbujas el lugar por el Día del Niño, festividad que se celebra el 1º de junio en muchos países europeos.
En la comunicación enviada al alcalde Artur Pomianowski este 6 de junio, Michael Schudrich escribió que “la fiesta organizada en el lugar, que después de todo fue una diversión sobre tumbas, demuestra que para las autoridades municipales el respeto por una sepultura no es un valor importante”.
Schudrich indicó a la Agencia Telegráfica Judía que es «escandaloso» que Pomianowski publicara un video de la fiesta de burbujas en la página de Facebook de la alcaldía. “¿Es esto lo que queremos enseñarle a nuestros hijos sobre cómo tratamos a los muertos, a nuestros antepasados?”, reclamó Schudrich.
Bartłomiej Godlewskia, vicealcalde de Kazimierz Dolny, envió una carta en respuesta a Schudrich. “Lamento la decisión equivocada de organizar el Día del Niño [en ese lugar]. Compartimos una historia común y un hogar común, y nunca fue nuestra intención herir sentimientos, fue un error humano. Espero que este evento no interfiera con nuestro diálogo y cooperación en el futuro. Le extiendo mis disculpas a toda la comunidad judía”.
Niños de Kazimierz Dolny disfrutan de un día de diversión sobre cientos de tumbas judías
(captura de pantalla)
El antiguo cementerio judío, actualmente un área de juegos infantiles ubicada junto a una escuela primaria, fue demolido hace aproximadamente 50 años, pero los cuerpos nunca fueron retirados. Las lápidas se utilizaron para pavimentar carreteras y como materiales de construcción en toda Europa del Este durante la era comunista.
Schudrich señala que durante los últimos cinco años los representantes de los judíos polacos han estado tratando de trabajar con sucesivos alcaldes de Kazimierz Dolny, incluido el actual, así como con el ayuntamiento, con el fin de trasladar el cementerio para que no funcione como patio de recreo. Estima que cientos de judíos están sepultados allí.
“Ofrecimos una solución realmente positiva, que involucraría ayudar a financiar un nuevo parque infantil y trasladar el cementerio a un campo vacío cercano”, dice Schudrich. “Pero siguen postergando o cancelando las reuniones, y parece que a la ciudad simplemente no le importa”.
Agrega el rabino: “Cada semana nos ocupamos de varios casos de cementerios cada semana [en toda Polonia]; el 99% se soluciona de forma muy positiva, e incluso a veces rápida. Kaziemierz forma parte del 1% [que no se ha podido resolver]”.
Después de la respuesta de Godlewskia, Schudrich afirma que está “dando seguimiento” a su solicitud de reunirse con el alcalde Pomianowski sobre una solución para mudar el cementerio.
Se cree que el rabino Yehezkel Taub de Kuzhmiri, del siglo XIX, está sepultado en el antiguo cementerio. Los seguidores ortodoxos de la dinastía jasídica Modzitz, fundada por el rabino, acuden en masa al lugar cada año para presentar sus respetos, pero su demanda de proteger el sitio no ha sido satisfecha.
Los judíos vivieron en Kazimierz Dolny desde el siglo XIV. Antes de la invasión nazi vivían 1400 judíos en la localidad, aproximadamente la mitad de su población; se estima que menos de 20 sobrevivieron al Holocausto. Hoy en día la ciudad es una importante atracción turística, conocida por su impresionante arquitectura a orillas del río Vístula.
En su carta al alcalde, Schudrich escribió que la fiesta de burbujas “nos hace cuestionar si tiene sentido conversar más, y pone en duda si, independientemente de la religión, ambas partes se guían por valores comunes”.
El director del Centro de Cultura, Promoción y Turismo de Kazimierz Dolny, Józef Skrzeczkowski, también emitió un comunicado de disculpa. “Declaro que no tuvimos malas intenciones al organizar este evento. No quisimos lastimar ni herir los sentimientos religiosos de nadie”, escribió.
*Corresponsal de la Agencia Telegráfica Judía en Praga.
Fuente: jta.org.
Traducción Sami Rozenbaum / Nuevo Mundo Israelita.