Durante el último siglo se han producido grandes cambios el rol de la mujer en las sociedades occidentales, que se han difundido a casi todo el resto del mundo. Sin embargo, aún existe mucho camino por recorrer, con limitaciones factuales o culturales que en ocasiones privan al mundo de los aportes que podrían ofrecer muchas mujeres en numerosos ámbitos.
En oportunidad de celebrarse este 8 de marzo el Día Internacional de la Mujer, hemos realizado un cuestionario a cinco mujeres de nuestra kehilá que han destacado en sus respectivas esferas de trabajo. Llama la atención que, a pesar de las diferencias en las especialidades de su formación y en las tareas que desempeñan, existen no pocas coincidencias en sus respuestas.
Comenzamos con una breve síntesis curricular de las participantes
Sary Levy-Carciente
Economista, doctora en Estudios del Desarrollo, Mágister en Economía Internacional y Especialista en Ciencias Administrativas. Individuo de Número de la Academia Nacional de Ciencias Económicas en Venezuela. Docente titular de la Universidad Central de Venezuela, donde fue Decana de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales.
Hadara Hameiri de Weisman
Licenciada en Educación y Materias Judaicas en la Universidad de Bar Ilán, Israel. PhD en Lengua Hebrea por la misma universidad. Recibió capacitación para ejercer el cargo de rabanit en países de la diáspora. Durante varios años trabajó en el área de mejoramiento personal y profesional de morim para el Sistema Educativo Comunitario. Ha trabajado como asesora del programa Guésher y Proyecto Mekorot, así como en eventos institucionales organizados por Hebraica. Actualmente es Directora Académica de materias judaicas del SEC. Esposa del rabino Eitan Weisman de la UIC.
Francis Krivoy
Licenciada en Sicología por la Universidad Central de Venezuela, con una especialización en Sicología Clínica de la misma casa de estudios. Ha realizado pasantías en Neurosicología en el Hospital Henry Ford de Detroit, así como en el Instituto de Neurosiquiatría de la Universidad de Illinois en Chicago.
Es profesora en la Escuela de Sicología de la Universidad Central de Venezuela, coordinadora del Diplomado de Neurosicología Clínica de la UCV y del Centro Médico de Caracas, donde ejerce su práctica privada.
Anabella Glijenschi de Jaroslavsky
Abogada, fue Directora Ejecutiva del CSCDR Hebraica entre 1993 y 2018, cuando hizo aliá. Actualmente trabaja en consultoría organizacional, así como en el diseño, desarrollo y sistemas de fundraising (recaudación de fondos) para proyectos educativos en Israel. También forma parte del proyecto Ain LeTzíon de la Organización Sionista Mundial, es directora del programa de diplomacia pública Hatzad Hashení, y en la Escuela Internacional de la Universidad de Bar Ilán.
Viviane Guenoun
Licenciada en Comunicación Social egresada de la Universidad Católica Andrés Bello, incursionó en el diseño de accesorios y joyería con su propia firma, que se ha convertido en una de las más importantes marcas del ramo, con proyección en países como República Dominicana, Panamá y Estados Unidos.
1. Numerosas mujeres ocupan actualmente cargos importantes en muchos ámbitos. Sin embargo, aún existen limitaciones para las mujeres, que incluso obtienen un menor salario promedio que los hombres, aun teniendo las mismas responsabilidades. ¿Cuál crees que es la razón de que no se haya avanzado tanto en este sentido?
SARY. Como bien indicas, la discriminación de la mujer se ha reducido sustancialmente, particularmente en los países desarrollados, pero aún existen sociedades en las que las discriminaciones cotidianas y/o culturalmente heredadas, impiden o dificultan romper con ese atavío, perpetuando esa indebida desigualdad frente a la ley o en el trato social. Estudiosos de la evolución de las sociedades señalan que la discriminación de la mujer se acentúa a partir de la sedentarización, tras la cual la concentración de las actividades femeninas en la agricultura y el cuido de la familia, inicia la dependencia de la mujer frente al hombre. Ello se extiende en el tiempo y pasó a ser el hombre quien aportaba el sustento para mantener la familia, mientras la mujer pasa a ser la administradora y cuidadora de la familia. Serán algunos momentos críticos, las guerras, en particular las guerra mundiales, las que devolverán a la mujer al campo laboral y que abrirán paso a movimientos de reivindicación laboral y luchas por el acceso a la educación, mostrando la debida igualdad de la mujer ante la ley; y su nivel y capacidad para todo tipo de roles sociales.
HADARA. Todavía hay culturas que ven al hombre como el único responsable de la parnasá (ingresos del hogar), entonces consideran que el trabajo de la mujer no es tan necesario, por eso no le ofrecen el mismo sueldo. También hay muchas mujeres que son voluntarias, entonces ven su trabajo como algo simbólico, y no ven necesario darle un salario que corresponda a ese trabajo.
FRANCIS. A pesar de que han existido grandes avances en el área de la igualdad de género en el ámbito laboral, como por ejemplo el Convenio 100 de la OIT sobre la igualdad de remuneración, aún existen brechas en este ámbito. Una de las razones para ello tiene que ver con los sesgos culturales existentes, que establecen roles y mandatos diferenciales entre géneros, donde se asigna a los hombres la responsabilidad de ser los proveedores económicos y a la mujer el cuidado del hogar, además de la sobrevaloración de las tareas masculinas, hasta el punto de que trabajos iguales tengan denominaciones diferentes según el género (por ejemplo, la diferencia entre sastre y costurera). La maternidad probablemente constituya uno de los factores que ha generado, en cierta medida, estas diferencias, ya que implica discontinuidad en el desempeño laboral y el requerimiento de horarios más flexibles; sin embrago, las nuevas modalidades de trabajo probablemente vayan minimizando estos aspectos.
(Foto: enterese.net)
ANABELLA. Considero que el avance de la mujer en el ámbito laboral es un proceso, que por lo que significa a nivel social, construcción de la familia y demás temas asociados a las funciones para las cuales la sociedad se preparó en los últimos siglos, está tomando su tiempo y lo considero más que natural.
De la misma manera que el papel que se fue definiendo en el pasado se mantuvo durante cientos de años, cuando cuidar de los hijos era un tema de ocupación exclusiva y se definió que la mejor persona de la familia para llevarlo a cabo era la mujer, quedándose en casa mientras el hombre salía a buscar provisiones y sustento, es así que está tomando un tiempo para que la situación vaya modificándose. El avance parece lento, pero considero que ha sido gigantesco. Hay mujeres que hoy en día están a la cabeza de grandes corporaciones. Hay mujeres CEO en el mundo de las tabacaleras, de los automóviles, de tecnología, política, finanzas… Considero que es una decisión personal de la mujer la de colocarse en esos puestos y competir en esos ámbitos.
Cuando la mujer quiere, se propone llegar a estos puestos, ganar lo que es correcto para esos lugares de trabajo, tiene las cualidades de liderazgo necesarias y las ejerce, no hay diferencias o limitaciones en cuanto a salario. Puede que sean las mujeres las que definirán e inclusive en muchos casos, hoy, definen los salarios a través de su participación en Boards (Consejos) u otros sistemas. En mi percepción, el cambio más importante está más en las manos de las mujeres mismas.
VIVIANE. En lo particular pienso que sí ha habido avances importantes en la participación de la mujer en roles laborales donde los hombres por tradición han participado. Hoy en día tenemos políticos, médicos, abogados , gerentes de importantes compañías. Pienso que no hay más avance en esta materia porque, al fin y al cabo, las mujeres tenemos unas condiciones biológicas distintas a los hombres, y por ende nuestras prioridades son diferentes.
Debo aclarar que creo en la igualdad de condiciones para ambos sexos, pero no tenemos igualdad de funciones. La naturaleza nos ha puesto en distintas posiciones, y el solo hecho de ser quien lleva en su vientre la creación de una nueva vida, nos hace completamente distintos.
La femineidad es inherente a la mujer, nuestras diferencias en cuanto a habilidades son realmente importantes. Eso no quiere decir, que hay mujeres u hombres con más cualidades femeninas o masculinas según el caso.
La igualdad de los sexos viene desde la educación del hogar, y es ahí donde debe surgir el cambio en la visión. Pienso que hoy en día la combinación de roles en el hogar entre las generaciones más jóvenes está cambiando. Cada vez más noto la repartición de labores dentro y fuera del hogar entre las parejas recién casadas. Pero definitivamente hay labores que se le facilitan más a las mujeres y otras a los hombres.
2. ¿Recuerdas haber padecido algún tipo de discriminación por ser mujer, durante tus estudios universitarios o en tu vida profesional?
SARY. Tuve la fortuna de desarrollarme en un momento histórico y en una sociedad en la que la igualdad de la mujer había ya logrado escaños sociales importantes. En la universidad no sentí nunca discriminación, y si bien en algunos casos, a nivel laboral, la diferencia de remuneración podía darse, la capacidad profesional es considerada por sobre la condición de género. En algunos casos me ha correspondido ser una de las pocas mujeres en grupos de trabajo profesional, en particular en la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la UCV, tuve el honor de ser la primera mujer electa Decana, y mi relación con mis colegas no ha considerado ese aspecto.
HADARA. No mucho, pero sí vi a veces a mujeres que tenían el mismo nivel que los hombres, en los estudios y en el trabajo, pero siempre le ofrecían notas o beneficios primero al hombre. Sí, eso existe.
FRANCIS. Nunca he experimentado ningún tipo de discriminación por ser mujer; por el contrario, creo que el respeto y las oportunidades se ganan con responsabilidad, preparación y un comportamiento ético, indistintamente del género.
(Foto: aviacion21)
ANABELLA. La verdad no he percibido discriminación de ningún tipo en mi vida en general. Quizá es algo referido a cómo es mi actitud ante la vida. Puede que sea un tema cultural de donde me tocó vivir. Quizás existe la discriminación, yo no la veo.
Cuando inicié mi trabajo de Directora Ejecutiva en Hebraica, siendo mujer y teniendo 31 años, creo que era un espécimen diferente. No es fácil cambiar el perfil de quien está a la cabeza de una institución tan central para una comunidad. Entiendo que puede haber temor. El cambio, en mi caso, fue paulatino, y tal vez sí fue más lento que si el puesto lo hubiese obtenido un hombre. Pero que me hayan elegido para el cargo fue una gran apuesta que necesitó valor de los dirigentes del momento. Dependió de mí misma el posicionamiento que se le dio al puesto, la participación en las decisiones, el logro de avances profesionales y todos los que lo rodeaban.
Insisto, depende de cómo cada uno se visualiza a sí mismo. El mundo reacciona en concordancia.
VIVIANE. Nunca he percibido discriminación por ser mujer. También es cierto que vengo de una familia compuesta por tres hermanas, y en mi casa siempre nos sentimos motivadas a dar la mejor versión de cada una. Estudié una carrera en que la mayoría éramos mujeres, por lo tanto difícilmente pude haber sentido discriminación.
En el ámbito laboral trabajo en moda, y definitivamente la diferencia entre sexos no se siente. Más bien es un mundo donde las mujeres llevan la delantera.
3. ¿Crees que es eficaz o aconsejable que se promulgue legislación para aumentar la inclusión de mujeres en algunos campos laborales, o para lograr mayor equidad en sus ingresos?
SARY. En las fases iniciales de luchas reivindicativas, las discriminaciones positivas generan efectos tangibles, pues impulsan nos solo una rápida inclusión, sino que permiten mostrar la calidad de sus resultados e incluso sus externalidades virtuosas. Asimismo, son un apoyo relevante a grupos con dificultades adicionales, sobre todo en grupos sociales de bajos recursos y baja calificación, o en sociedades con elementos culturales que obstaculizan superar esas diferencias. En sociedades más desarrolladas, mantener estos esquemas de forma generalizada en el tiempo, puede ser visto como un beneficio indebido a un grupo, en este caso, por género. Incluso hoy día, se reconocen fortalezas especiales que tiene la mujer en el tema gerencial, lo que le da ventajas a la hora de competir por algunas posiciones laborales. Hoy día la mujer puede competir perfectamente en los distintos campos laborales y exigir igualdad de ingreso más allá de su condición de mujer, basado en su capacidad, calidad y eficiencia profesional.
HADARA. La ley puede ayudar para dar oportunidades, pero de manera global puede ser problemático, porque siempre se busca que un cargo se le dé a las personas que sean las mejores en eso. Por ejemplo, no quiero que me atienda una mujer médico solo porque es mujer, sino la persona que pueda cumplir mejor su función. Queremos a los mejores, a los más profesionales, y que eso no dependa de si son de género femenino o masculino.
FRANCIS. Las experiencias en diversos países demuestran que legislaciones apropiadas logran minimizar las brechas laborares entre hombres y mujeres, como ha sucedido en los países nórdicos. Tanto la OIT como la ONU han propuesto normativas que han dado buenos resultados. Sin embargo, se presentan dificultades al intentar trasladar las normativas internacionales a las legislaciones nacionales, donde pueden existir variantes socioculturales que pueden interferir con la implementación de las propuestas internacionales, como ha sucedido en algunos países latinoamericanos.
(Foto: McKinsey & Co)
ANABELLA. La actuación de los marcos políticos, gubernamentales y legislativos puede ayudar a acelerar los procesos. Es importante crear el ambiente necesario que abra las puertas a estos cambios, y que las mujeres puedan sentirse cada vez más cómodas y confiadas en que podrán acceder a los puestos de trabajo que les apasionen, y que muy pronto todo este tema dejará de ser un tema.
Hoy en día el campo laboral es bastante complejo, por todas las variantes que influyen en el nuevo mundo en que vivimos. Sin duda puede ser eficaz, para que tengamos una sociedad más justa y democrática, que la política se ocupe de que estos procesos naturales y culturales, que a veces toman cientos de años, puedan emparejarse con los cambios que vienen con la innovación y el desenvolvimiento tecnológico. Es importante que pronto deje de estar sobre el tapete que hay diferencias o desigualdades. Que las comunicaciones incluyan a todos, sin distinción de género, que los valores corporativos sean inclusivos y de igualdad. El papel del gobierno a la hora de legislar es esencial; sin embargo, la colaboración entre instituciones públicas y privadas, y la propia actitud de las mujeres, es imprescindible para lograr resultados positivos.
VIVIANE. La legislación laboral actual defiende mucho a la mujer, y otorga facilidad para que pueda acceder a cumplir su rol femenino al mismo tiempo que trabaja; incluso permite al hombre acceder a sus funciones paternales cuando es necesario.
Las mujeres que trabajamos tenemos que aprender a exigir condiciones y sueldos acordes a nuestras responsabilidades en la empresa, y evitar aceptar sueldos inferiores de ser el caso. Tenemos que auto-respetarnos y estar convencidas del derecho que tenemos a un sueldo justo.
4. ¿Qué crees que se necesita para que las mujeres alcancen un mayor empoderamiento?
SARY. Un elemento central es la formación, y en ello incluyo educación formal y educación cívico-ciudadana, que la concientice de sus derechos como individuo libre y responsable. Naturalmente, una sociedad que fomente el respeto a todos sus integrantes, sin discriminación por género, etnia, religión, inclinación política, etc., es la que favorece el empoderamiento de todos sus individuos e impulsa una sociedad que promueve el sano relacionamiento entre sus integrantes. Así, el desarrollo integral de las sociedades convoca a este empoderamiento de los individuos y en particular de la mujer.
(Foto: Scroll.in)
HADARA. Pienso que las mujeres deben dejar de tratar de ser como los hombres. La mujeres tiene muchas ventajas, muchas fuerzas espirituales que el mundo necesita. Si el mundo se enfoca en esas fuerzas como habilidades de comunicación, inteligencia emocional, la parte espiritual, que pueden hacer varias cosas al mismo tiempo, creo que van a ser mejor reconocidas, en vez de tratar de ser como los hombres.
FRANCIS. Las legislaciones son relevantes; sin embargo, para alcanzar mayor equidad se debe trabajar desde la educación inicial, donde no se impongan sesgos y se suministre la información necesaria acerca de los derechos de las personas, que les permitan adquirir conceptos y comportamientos que los lleven a escoger y desempeñarse en áreas desde la vocación y preferencia, y no por la presión de estereotipos de género, basado en que la educación no se refiere únicamente a la acumulación de conocimientos, sino principalmente a inculcar principios y valores que preparen a los individuos para la vida y que faciliten la generación de herramientas que les permitan enfrentar los desafíos de la sociedad actual dentro de un contexto de equidad, generando una sociedad más incluyente, donde se valore el talento y el producto del trabajo por encima del género.
ANABELLA. Creo que las mujeres deben prepararse, atreverse, no sentirse menos. Ponerse en el lugar que desean, actuar y demostrar de lo que son capaces.
VIVIANE. La educación es el arma más eficiente para el empoderamiento femenino. Esta educación debe venir desde el hogar, para que se pueda ver reflejada en la sociedad.
5. ¿Hay alguna mujer que consideres una inspiración por sus logros?
SARY. Golda Meir, Marie Curie, Hedy Lamarr son figuras femeninas que considero una inspiración para hombres y mujeres de todos los tiempos y latitudes; muestran el valor de los aportes de la mujer en distintos campos.
HADARA. Sí, mi abuela, quien siempre daba mucho amor a todos, tenía mucha inteligencia emocional. Ella podía “sentir” al otro, y arreglar los problemas con paz y alegría.
FRANCIS. No tengo ninguna en particular, creo que todas aquellas mujeres pioneras en sus áreas, que se enfrentaron a los estereotipos sociales y se desempeñaron en condiciones adversas, merecen un reconocimiento.
ANABELLA. En general admiro a las personas que son honestas, que toman posición, que al mismo tiempo logran ser humildes y que piensan en el colectivo. Hoy en día admiro a mujeres que no son tan conocidas o icónicas. Admiro la tenacidad de mujeres científicas que comparten su conocimiento con todos, a políticas que se posicionan y lideran procesos de cambio, a jóvenes inspiradoras que actúan para mejorar el mundo… Admiro a quienes entienden su misión y la llevan a cabo por el bien común.
VIVIANE. Para mi Golda Meir es una inspiración. Logró sobresalir y liderar, en un mundo y una época donde los hombres llevaban el bastión, pero nunca perdió su esencia femenina. Aprendí de ella que las mujeres podemos ser líderes en cualquier área, pero no imitando las habilidades masculinas, más bien resaltando nuestras cualidades típicas femeninas.
(Foto: Nikkei Asia)
6. Como mujer judía, ¿cuál consideras la mayor fortaleza que nos permite seguir adelante como pueblo, a pesar de los obstáculos que hemos enfrentado a lo largo de la historia?
SARY. Valdría la pena indicar la diversidad de posiciones que dentro de la familia, de atención a lo religioso, a lo profesional, lo cultural y social, que muestra la mujer judía hoy día, de donde se deduce que la evolución de los distintos grupos ha sido diferenciada. No cabe duda de que en sus orígenes, como parte de una sociedad patriarcal, la mujer su ubicó en subordinación al hombre, pero con presencia social e incluso con obligaciones religiosas, lo que hace que este posicionamiento no fuera tan secundario. Inclusive es la condición religiosa de la mujer la que se hereda al hijo, siendo que hijo de madre judía es judío, sin considerar la religión del padre. De igual manera, la mujer judía posee derechos económicos que reconocemos en la escritura del contrato matrimonial, la Ketubá. Ello nos habla de la valoración de la mujer judía, tanto por su rol dentro de la familia como socialmente. El haber sido la mujer un miembro social valorado ha favorecido el desarrollo de familias con mayor solidez y robustez, que han podido enfrentar las dificultades históricas con mayor fortaleza.
HADARA. La fuerza del pueblo judío son las mujeres, porque nuestra mayor fuerza es la unión, que empieza con la familia, y la unión de la familia la crea la mujer judía con su inteligencia, y así la tradición pasa de una generación a otra. Como dice el dicho, “la sabiduría de la mujer construye el hogar”.
FRANCIS. Si bien son muchas las fortalezas que han favorecido la subsistencia del pueblo judío, una de las más importantes es el énfasis en la trasmisión de los principios y valores de generación en generación, donde la familia y la educación tienen un rol fundamental; aspectos que nunca podrán ser arrebatados, y que son los parámetros que han conducido nuestras acciones a lo largo de la historia, indistintamente de las circunstancias particulares.
ANABELLA. Creo que la mujer judía ejerce una función de liderazgo fundamental en la sociedad, en su familia y en su vida. El ejemplo de la mujer judía es el del cuidado de aquello que nos ha sido legado. La cultura, los valores, la identidad, el amor por el pueblo, por todo aquello que nos hace mejores personas. Creo que cuidar lo humano del humano es lo que cada persona puede y debe hacer, y la mujer tiene una sensibilidad muy especial para llegar al alma de aquellos que están siendo formados para hacer este mundo cada día mejor. Y en nuestro caso, el pertenecer a este colectivo tan creativo y resiliente que es el pueblo judío. Como pueblo, nuestra flexibilidad y adaptabilidad, nuestros deseos de superación, nuestra conciencia del bien colectivo, nos ha cuidado a través del tiempo. Ahora que vivo en Israel lo experimento en mi día a día. Este es un “bullidero” de ideas, de pensamiento, de energía creativa… Es emocionante verlo, sentirlo, vivirlo, seguir siempre buscando las nuevas preguntas, y reconocer lo enorme del legado que cuidamos es fundamental.
VIVIANE. Somos el centro del hogar, y como tal tenemos una gran importancia en la educación de nuestra familia. Nunca debemos olvidar que, aunque hoy en día salimos a trabajar y participamos en una vida fuera del hogar (algo que antiguamente correspondía solo a los hombres), ante todo debemos ser madres de nuestros hijos.
1 Comment
excelente todas las intervenciones