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E l acuerdo de alto el fuego en Siria sellado por Estados Unidos y Rusia, que entró en vigor hace varios días, prohíbe a las milicias extranjeras apoyadas por Irán operar en áreas estratégicas adyacentes a las Alturas del Golán, frontera de Israel y Jordania, por exigencia de esos países, según un informe de la revista Foreign Policy.
Sin embargo, ex diplomáticos estadounidenses creen que la imposición de tales restricciones entrañaría dificultades extremas. “La pregunta es ¿quién va a hacer cumplir eso? ¿Va a asumir Rusia la responsabilidad de decirle a Irán qué hacer?”, expresó el ex diplomático estadounidense Gerald Feierstein a la citada revista. “Los iraníes están mucho más cerca de la posición de Assad sobre el camino a seguir en Siria que los rusos”.
Sin embargo, otros son un poco más optimistas en cuanto al éxito del plan. Por ejemplo, Andrew Tabler, miembro del Instituto de Washington para la Política del Cercano Oriente, señaló la relativa calma en el suroeste de Siria y la influencia de la Casa Blanca entre las facciones entrenadas por Estados Unidos que luchan contra el régimen de Assad, como pruebas de que es un terreno natural para la cooperación entre Estados Unidos y Rusia. “Creo que vale la pena intentarlo”, dijo Tabler a Foreign Policy. “Si vamos a probar algo, este es un buen lugar para hacerlo”.
Fred Hof, ex asesor especial del Departamento de Estado, manifestó que las cláusulas en el acuerdo se insertaron puramente para disipar las preocupaciones israelíes. Se incluye, por ejemplo, la exigencia de que el sur de Siria esté fuera de los límites de los combatientes de “origen no sirio”. Eso incluiría a las tropas iraníes y sus aliados, junto con las fuerzas vinculadas con el Estado Islámico y otros grupos terroristas.
Con información de Aurora