Ya son 15 las operaciones militares que ha tenido que emprender Israel en Gaza contra los objetivos terroristas, desde que desocupó dicho enclave marítimo en el año 2005, desalojando a la fuerza a 7000 colonos judíos y dejando una inmensa infraestructura agrícola e industrial que fue desmantelada por los palestinos, despilfarrando una oportunidad invaluable para la obtención de alimentos, insumos, bienes y servicios.
Como dijo Abba Eban, uno de los fundadores del Estado de Israel, “Los palestinos no pierden la oportunidad de perder la oportunidad”; y yo diría más: no solo los palestinos, sino los árabes en general, porque en primer lugar fue la Liga Árabe la que no aceptó la Resolución 181 de la ONU sobre la partición de Palestina (nombre impuesto por los romanos sobre el territorio de Judea en el 135 e.c. para borrar los vestigios de la vida judía ahí, desde el Rey Saúl 1100 años a.e.c.).
Es decir, que ya en 1947 los palestinos pudieron haber tenido su Estado, pero no contentos con esto, tras la Declaración de Independencia de Israel el 14 de mayo de 1948, ese pequeño Estado se vio sometido al día siguiente a la invasión de cinco ejércitos árabes, bien formados y armados, a saber: Egipto, Jordania, Siria, Iraq y Líbano, que tenían por finalidad aniquilar, destruir, desaparecer al recién inaugurado Estado de Israel, que milagrosamente ganó la guerra.
Una vez finalizado dicho conflicto, Egipto quedó en posesión de la Franja de Gaza, y Jordania en control de la parte oriental de Jerusalén, así como de Judea y Samaria (Cisjordania), manteniendo ambos Estados esas posesiones desde 1948 hasta 1967, cuando se produce la Guerra de los Seis Días. Y viene otra pregunta interesante: ¿por qué en esos 19 años, los egipcios y jordanos no consensuaron con los palestinos para crear su Estado? Tenían toda Gaza, toda Judea y Samaria (Cisjordania) y la mitad de Jerusalén, que incluía el lugar más sagrado para el pueblo judío, el Muro de los Lamentos, lo que ha quedado en pie del Segundo Templo de Jerusalén después de la revuelta de Bar Kojba que culminó con la destrucción del mismo y la expulsión de los judíos de su ciudad, produciendo su diáspora alrededor del mundo por casi dos milenios. Entonces pregunto: ¿por qué desaprovecharon esa oportunidad dorada de crear ese Estado palestino que tanta sangre ha costado?
¿No será que realmente, “aquí entre nosotros”, lo que se busca es la eliminación, la desaparición del único Estado judío del mundo, mucho más que la creación del Estado palestino?
Israel desalojó a la fuerza a 7000 de sus ciudadanos de Gaza. ¿Y qué ha conseguido con eso? La demostración palpable es que no se quiere la paz, no se quiere la coexistencia, lo que se busca es el exterminio de un pueblo, ya que a partir de ese desalojo empezaron los ataques por aire y por túneles, que tenían por finalidad traspasar la fronteras en búsqueda de causar el mayor daño posible a víctimas civiles en Israel.
Israel desalojó a la fuerza a 7000 de sus ciudadanos de Gaza. ¿Y qué ha conseguido con eso? La demostración palpable es que no se quiere la paz, no se quiere la coexistencia, lo que se busca es el exterminio de un pueblo, ya que a partir de ese desalojo empezaron los ataques por aire y por túneles hacia Israel
En esas15 operaciones militares que ha tenido que emprender Israel sobre esta franja de 365 kilómetros cuadrados, con más de dos millones de personas viviendo allí, no se ha conseguido el objetivo desde mi punto de vista, que sería desmantelar a las organizaciones terroristas instaladas, como son la fundamental, el Hamás y la segunda en importancia, la Yijad Islámica, siendo contra esta última que se ha producido el conflicto que recién el domingo pasado acaba de concluir con un alto al fuego.
Por otro lado, y es lo preocupante, la población palestina tanto en Gaza como en Judea y Samaria (Cisjordania) está ganada a la violencia, y eso se ve en las encuestas, según las cuales si hubiera una elección hoy en día en ambos territorios Hamás aplastaría a la Autoridad Nacional Palestina, siendo por esa razón que esta última no convoca a elecciones en casi dos décadas en el poder, aun cuando el mismo está limitado a Judea y Samaria.
En definitiva, el camino hacia una solución al conflicto palestino-israelí está muy lejos de terminar, ya que por un lado Hamás, brazo fuerte de los palestinos, no solo no reconoce a Israel, sino que su objetivo es su destrucción; y por otro lado Hamás es considerado por Israel, EEUU, la Unión Europea, Canadá y Japón como una organización terrorista.
Así las cosas, Israel deberá seguir la ruta de los Acuerdos de Abraham, sumando países islámicos a losmismos, para que en un futuro la presión y las circunstancias puedan producir la tan ansiada paz entre ambos pueblos, en búsqueda de la prosperidad y la felicidad que tanto palestinos como israelíes merecen.