Buenos Aires, octubre 16 de 2023
Sr. Presidente
He tenido el enorme placer de visitar en varias oportunidades su maravilloso país y de interactuar con su gente.
Una tierra donde se respira libertad y convivencia. El respeto por el proyecto de vida del vecino es un valor común.
He trabajado con su gente en ámbitos comunitarios, académicos, legislativos y judiciales.
He enseñado y aprendido de su moderna legislación antidiscriminatoria y de custodia de los derechos humanos.
El pueblo colombiano ama al pueblo de Israel, y sería muy contraproducente para ambos lesionar esa relación de cariño.
El mundo fue testigo el pasado 7 de octubre de los ataques terroristas cometidos por miembros de Hamás hacia la población civil de Israel, incluyendo crímenes contra la humanidad ni siquiera vistos en el Holocausto nazi. Asesinatos, decapitaciones, violaciones, secuestros y torturas, incluyendo la mortal mutilación de 40 niños israelíes en una sola comunidad.
La revulsión mundial fue casi unánime, y lamentablemente no hemos presenciado una respuesta contundente de su parte. Sin embargo, ante la inminencia de la esperada respuesta que vendrá desde el Estado de Israel, comenzamos a sorprendernos por sus declaraciones.
La llamada causa palestina no es excusa. Todos queremos la paz entre los pueblos, y es indudable el derecho al pueblo palestino de vivir en paz. Pero Hamás no es Palestina. Es un grupo terrorista que domina a su gente, impidiéndole desarrollarse y manteniéndola dentro de la Franja de Gaza en condiciones infrahumanas Son ellos los que les impiden salir y vivir dignamente, no su vecino Israel. Y ahora igualaron la crueldad y crímenes bárbaros que resuenan cual el genocidio nazi.
Desde su Carta Fundacional y en toda oportunidad que se presente, sus líderes han jurado extinguirnos no solo del suelo de Medio Oriente sino en cualquier lugar donde los judíos estemos, inclusive en su bendita tierra.
Reconocemos que Ud. es un hombre formado, y no es deseable que cualquier postura ideológica ciegue su sentido común. Es inaceptable que Ud. compare a la única nación judía, democrática y con libertad de credo, con el régimen nazi que intentó sistemáticamente borrarnos de la faz de la tierra. Es inaceptable que sostenga que el Mossad es quien creó a Hamás para dividir al pueblo palestino.
Y por último, es inaceptable que utilice este conflicto como una excusa para cortar relaciones diplomáticas entre dos pueblos que históricamente se han amado, y que seguirán haciéndolo por encima de lo que sus políticos sostengan.
Durante la campaña electoral que lo llevó al más alto mandato con que lo han dignificado, Ud. manifestó a la comunidad judía de Colombia que nada debería temer. La última escalada de declaraciones, sin embargo, comienzan a generar peligros de hostilidad hacia ella que es su responsabilidad evitar.
Expulsar al embajador de Israel, que defiende el derecho a existir de su país, no es la solución.
Con todo respeto, desde el Centro Simon Wiesenthal, que represento, le solicitamos que coherentemente con su plataforma política defienda la democracia, la vida, el dialogo, la libertad de credo y elección sexual, los derechos plenos de las mujeres y todo ello, en este conflicto, quien coincide con esos valores es el Estado de Israel y no el terrorista Hamás.
En este momento crítico de la historia, castigar a Israel por defender a su población y su dignidad y al mismo tiempo dar vía libre moral a los terroristas de Hamás sería un error épico, que repercutirá en contra de los mejores intereses del pueblo de Colombia y del pueblo judío.
Entendiendo esta diferencia, y haciéndola pública de la forma que se espera de un respetado hombre de Estado, contribuirá al camino de la paz, tan necesaria en estas circunstancias.
Atentamente,
Dr Ariel Gelblung
Director para América Latina
Centro Simon Wiesenthal