Los eventos de este año contaron el apoyo de las embajadas de Alemania, Italia y Argentina y el Comité Venezolano de Yad Vashem
Fuente: Espacio Anna Frank
Fotos: Víctor Manuel Álvarez
L a Conmemoración Anual en Memoria de las Víctimas del Holocausto cobró forma en Caracas a través del concierto In Memoriam, que la Organización de Desarrollo Social Espacio Anna Frank viene organizando desde 2011, y que en esta oportunidad convocó a un numeroso público en las dos funciones previstas.
El programa estuvo conformado por obras de compositores judíos como Joseph Achron, Ernest Bloch y Max Bruch, así como por el “Ciclo de Poesía Judía Popular” de Dmitri Shostakovich, que por primera vez se interpretó en Venezuela. También se presentaron tradicionales canciones sefardíes, el “Himno de los partisanos”, el conocido “Va pensiero” de la ópera Nabucco de Giuseppe Verdi, y una “Fantasía hebrea” conformada por conocidas canciones populares israelíes.
Los intérpretes del evento fueron la actriz Mercedes Benmoha, el pianista Carlos Urbaneja Silva, el violonchelista Germán Marcano, el guitarrista Rubén Riera, el acordeonista Nissim Cojocaru, los violinistas Gianfranco Garofalo Alfano, Victoria Navarro y María Alejandra Jiménez Guillén, la laudista Doris Benmamán, la percusionista Karjelin Licet Chacón, y los cantantes Sara Catarine, Laura Madeleine Díaz y Gilberto Bermúdez, con el acompañamiento musical de los alumnos de la Escuela de Música Mozarteum de Caracas y el Coro de Cámara OperAlcance, bajo la dirección del maestro Daniel Gil.
Con su presencia y apoyo, el numeroso público que plenó las salas de conciertos del Centro Cultural BOD de La Castellana y de la Asociación Cultural Humboldt de San Bernardino contribuye a divulgar el significado y dimensiones del Holocausto, un crimen sin parangón en la historia de la humanidad, y a sensibilizar a las nuevas generaciones sobre los peligros del totalitarismo, para evitar que hechos similares puedan repetirse en algún lugar del mundo.
El concierto In Memoriam de este año contó con el apoyo de las embajadas de Alemania, Italia y Argentina y el Comité Venezolano de Yad Vashem.
Como antesala de ambos conciertos se realizó un breve pero emotivo acto protocolar, con la participación de oradores de orden que reflexionaron sobre los hechos históricos vinculados a la Shoá, y sobre el presente y futuro de una humanidad siempre expuesta a los horrores del totalitarismo.
Néstor Garrido, quien en representación de Espacio Anna Frank tuvo a su cargo la presentación de ambos conciertos, expresó que “hoy, aunque no lo admitan, el totalitarismo sigue vigente como seducción: a veces se manifiesta en los que cortan cabezas de cristianos en el Medio Oriente, en los que se mofan de sus compañeros de clase por ser amanerados, o en los que hoy en día solo se escandalizan cuando las víctimas del terrorismo son europeas y no israelíes”.
Al recordar los padecimientos y pérdidas del pueblo judío durante la Shoá y lo que significó la liberación de los prisioneros de los campos de concentración, Garrido expresó que de alguna manera “todos nosotros sobrevivimos a los campos de Chelmno, Sobibor, Majdanek, Treblinka, Belzek y Auschwitz para dar testimonio de esto, y no solo para recordar esos horrores”.
En la función del 27 de enero, el orador invitado fue el Silvio Mignano, embajador de Italia en Venezuela, quien se paseó por ese período oscuro de la humanidad durante la Segunda Guerra Mundial y lo que representó la “solución final” para los nazis. Con la frase “cruzamos, a la mitad del siglo pasado, tiempos oscuros, tiempos en los cuales el lema homo homini lupus se hizo tan cruel y real que los lobos, las fieras, habrían palidecido y ofendido por la comparación con el género humano”, comenzó su intervención en el acto protocolar de ese día, para culminar con una visión esperanzadora acerca de la sociedad que surgió a partir del fin de la guerra.
“También supimos entonces que ninguna certeza es eterna si no la defendemos, que ninguna vida es salva si no la guardamos, que ninguna atrocidad es irrepetible si no rescatamos la memoria. Supimos, y sabemos, que la memoria es la fuerza más suave y a la vez más poderosa que el hombre puede recibir, y que la memoria es un lugar donde es bello habitar, es la patria común. Esta patria común, hoy en día, esta noche, nos comprometemos todos juntos a proteger”, expresó el embajador italiano para finalizar su intervención.
El domingo 31 habló para los concurrentes Stefan Herzberg, embajador de Alemania, quien manifestó su agradecimiento y respeto por los sobrevivientes del Holocausto, quienes con su testimonio han logrado sensibilizar a la comunidad internacional para que estén atentos a las señales de surgimientos de gobiernos totalitarios.
Acto seguido, expresó que “en Alemania intentamos trasmitir el importante aporte que desde siempre ha realizado el Judaísmo a las ciencias, la cultura y al desarrollo económico de Alemania. Nos complace que muchos jóvenes israelíes hayan ido a Berlín, y con su presencia y compromiso hayan reanudado estas tradiciones. Se trata de un cometido social para nosotros los alemanes, y consiste en integrar a personas de diversas culturas y religiones. Ante esta ola de refugiados, la tarea es ímproba, pero aislando y rechazando más bien perdemos. Comprendamos la presencia de la cultura judía como un enriquecimiento”.