C onocida por ser la técnica de defensa personal del ejército israelí, el Krav Maga ha captado el interés de centenares de mujeres en Río de Janeiro, gracias a los cursos gratuitos ofrecidos por la Federación Brasileña de Lucha para que las mujeres sepan cómo defenderse en caso de agresión.

Con motivo del Día Internacional de la Mujer, la Federación Sudamericana de Krav Maga ofreció cursos de defensa personal exclusivamente para mujeres en más de 100 localidades del país, con la intención de atraer a unas 10.000 alumnas.

En Río de Janeiro se organizaron clases de esta modalidad en 20 puntos distintos de la ciudad, con alumnas que querían tener una mínima noción de defensa personal en un país donde las agresiones machistas y sexuales son cotidianas.

“Este curso lo creamos hace unos años, con el objetivo de que las mujeres tengan el conocimiento de lo que deben hacer al momento de un ataque”, explicó Yaakov Lichtenstein, conocido como “Kobi” y considerado uno de los mejores instructores de la técnica. Kobi, nacido en Israel pero radicado en Brasil desde 1990 tras conseguir la autorización del gobierno hebreo para divulgar, enseñar y formar instructores en Sudamérica, aseguró que “la función de la Federación Sudamericana de Krav Maga es cumplir su parte en la sociedad para ayudar a hacerla mejor, y por eso hacemos el curso especial para mujeres”.

La clase tiene una duración de cuatro horas, en la que primero el profesor explica la parte teórica de la lucha y posteriormente pasa a la práctica. Participan mujeres de todas las edades y clases sociales, y el único requisito es la voluntad de aprender técnicas para defenderse.

“Aquí vemos que la violencia contra la mujer, en vez de disminuir, aumenta. Solo en este carnaval salieron unos números alarmantes: 19.000 casos de agresiones a mujeres registrados en una semana, tan solo en Río de Janeiro”, afirmó Kobi sobre la triste realidad con la que conviven las mujeres en Brasil.

Según una encuesta divulgada por la firma Datafolha por el Día Internacional de la Mujer, 4,4 millones de mujeres brasileñas fueron agredidas en 2016, lo que equivale a una media de 503 víctimas por hora.