“No es un momento tranquilo en la política nacional por todo lo que pasó, pero es un proceso que se venía arrastrando hace mucho tiempo, y es un alivio que haya habido una decisión porque el país estaba sin gobierno, solo con discusiones sobre el impeachment”, aseguró Ricardo Berkiensztat, vicepresidente ejecutivo de la Federación Israelita de San Pablo, en referencia al juicio político que se le instruirá a la suspendida presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, y su provisional reemplazo por parte de Michel Temer.
Temer “tiene origen libanés cristiano e importantes vínculos con nosotros; esperamos que con el nuevo gobierno se cree una mejor atmósfera para que la gente pueda trabajar, y la economía recupere un poco de todo lo que se perdió en los últimos dos años”, agregó.
En el nuevo gabinete hay buenos contactos con la comunidad judía, e incluso el nuevo presidente del Banco Central sería Ilan Goldfajn, un nativo de Israel que vive hace mucho tiempo en Brasil y es economista jefe de la entidad privada más importante del sector.
Por otra parte, “tenemos un empobrecimiento en la comunidad, que es muy parecida a la argentina: tiene mucha gente de clase media, que es la que más sufre porque no recibe los beneficios que el gobierno da a los pobres; desde la Federación siempre nos fijamos en las becas de las escuelas y la baja del número de asociados en Hebraica, y las instituciones asistenciales trabajan con toda su fuerza”, explicó.
“Otro indicativo de la situación es que tenemos una creciente aliá (emigración a Israel), como nunca en la historia: la media era de 200 personas anuales, ya llegamos a 800, y hay expectativas de que sean 1000, con carpetas abiertas en la Agencia Judía”, precisó Berkiensztat.
De todos modos, “la comunidad está organizada y ayuda mucho a sus miembros, así que tengo la certeza de que vamos a salir rápidamente de este problema”, finalizó.
Con información de AJN