La televisión estatal rusa califica a Israel como «cáncer», Francia vincula a Rusia con graffiti antisemitas y el incremento del antiisraelismo en línea
Itamar Eichner*
Los funcionarios del gobierno de Israel encargados de vigilar atentamente las tendencias antisemitas globales, han emitido la alarma sobre una inquietante oleada de antisemitismo que prolifera en las redes sociales de los países que alguna vez formaron parte de la Unión Soviética. Esta ola de intolerancia está siendo avivada por bots patrocinados por el Estado, canales de Telegram y ciertos periodistas, que a menudo son vistos como cámaras de resonancia de los puntos de vista del Kremlin.
Una sorprendente revelación en el periódico francés Libération añade otra capa desconcertante a esta narrativa. El diario reveló el supuesto papel de Rusia en el marcado de hogares judíos en París con docenas de graffiti con la Estrella de David. La evidencia que sugiere la participación rusa es convincente: una botnet prorrusa llamada RR difundió imágenes de las casas marcadas, incluso antes de que el público francés tuviera conocimiento de los incidentes.
Los analistas creen que estas acciones son parte de la agenda de Rusia para desestabilizar y debilitar a las naciones occidentales, particularmente aquellas que apoyan a Ucrania. El objetivo final parece ser sembrar discordia y malestar, fracturando así las sociedades y provocando agitación interna.
Las autoridades francesas han informado de un gran avance en su investigación sobre el marcado de hogares judíos en París: identificaron a dos parejas moldavas como autores; una de esas parejas ha sido detenida e interrogada. Curiosamente, señalaron a un empresario moldavo llamado Anatoli Prizenko, una figura conocida por sus estrechos vínculos con el Kremlin. Prizenko, quien anteriormente compitió por la presidencia de Moldavia como candidato del partido socialista respaldado por Moscú, supuestamente encargó la campaña de graffiti.
Una fachada pintada con estrellas de David en París. Todo apunta a un empresario moldavo que tiene vínculos con el Kremlin como el autor intelectual de estas acciones
(Foto: AFP)
Mientras tanto, la situación en Rusia añade otro nivel de preocupación. El canal de televisión estatal ruso, Rusia 1, utilizó brevemente un título provocativo en un artículo reciente: «Israel es un cáncer en el corazón de Medio Oriente». Aunque el título se modificó rápidamente, el sentimiento inicial no se olvidó fácilmente.
Para agravar el problema, los grupos rusos de la red social Telegram han estado difundiendo una serie de afirmaciones alarmantes. Uno informó que el embajador de Israel ante las Naciones Unidas, Gilad Erdan, se puso un parche amarillo con la estrella de David en la solapa, lo que sugiere paralelismos entre la situación actual en los territorios palestinos y la persecución histórica de los judíos. Otro grupo propagó la falsa acusación de que Israel está atacando deliberadamente mezquitas, contrastando esto con la protesta de Israel cuando las sinagogas son atacadas, implicando así una hipocresía israelí en el respeto a los símbolos religiosos.
Los grupos rusos de Telegram han estado haciendo circular un video en el que aparece Vladimir Poghosyan, exasesor principal del jefe de gabinete armenio. En el vídeo, Poghosyan hace una serie de declaraciones alarmantes: aboga abiertamente por agredir a los judíos, niega el Holocausto y expresa el deseo de luchar junto a los palestinos si se le da la oportunidad.
La retórica de Poghosyan se intensifica aún más: «Israel es muy afortunado de que no haya brindado mi apoyo a Hamás o Hezbolá. Si lo hubiera hecho, el número de muertos no sería de apenas 1000, sino de 100.000. Consideraría la aniquilación de todo su pueblo como el mayor acto de justicia”, dijo.
Poghosyan causó revuelo con sus incendiarias declaraciones, al afirmar sorprendentemente que no cree que el Holocausto haya ocurrido. Despreció a los judíos, calificándolos como un «pueblo destructivo que no tiene derecho a estar en esta tierra». Acusó a Israel de ser un Estado fascista que ayuda a Azerbaiyán a matar al pueblo armenio proporcionándole armas.
Los analistas creen que estas acciones son parte de la agenda de Rusia para desestabilizar y debilitar a las naciones occidentales, particularmente aquellas que apoyan a Ucrania. El objetivo final parece ser sembrar discordia y malestar, fracturando así las sociedades y provocando agitación interna
En respuesta a la creciente ola de antisemitismo en las naciones que alguna vez formaron parte de la Unión Soviética, se han tomado medidas especiales. La organización Nativ, que opera como parte de la Oficina del Primer Ministro de Israel y tiene la tarea de servir de enlace con las comunidades judías en esas regiones, ha puesto en marcha una línea directa. Esta línea directa está diseñada para brindar un espacio seguro para que las comunidades denuncien amenazas, casos de antisemitismo y declaraciones provocativas que las pongan en peligro. Se ha habilitado una línea exclusiva para WhatsApp y Telegram (+972 504-005-545), que permite enviar mensajes de texto sobre sus inquietudes y experiencias.
Los expertos en vigilancia gubernamental han señalado que la escalada del sentimiento antisemita y la hostilidad hacia Israel en los países de la ex Unión Soviética parece limitarse principalmente a las redes sociales. Estas plataformas son herramientas poderosas para moldear las opiniones de la sociedad, y se cree que los propagandistas afiliados al Kremlin desempeñan un papel decisivo en la difusión del contenido antisemita.
Sin embargo, la situación genera preocupación en Israel. El temor es que el aumento de la retórica antisemita y antiisraelí en línea pueda provocar más incidentes como el ocurrido en Daguestán, donde una turba islámica rabiosa irrumpió en el aeropuerto buscando a judíos e israelíes para matarlos. Por lo tanto, el gobierno israelí ha decidido tomar medidas proactivas, manteniendo una mirada atenta a la situación.
*Periodista.
Fuente: Ynet (ynetnews.com).
Traducción Sami Rozenbaum / Nuevo Mundo Israelita.