Israel, Bahrein y los Emiratos Árabes Unidos comparten una gran preocupación por las aspiraciones regionales y militares de Irán. ¿Escuchará el presidente estadounidense?
Amjad Taha*
Israel, Bahrein y los Emiratos Árabes Unidos han enfatizado la preocupación que comparten sobre el programa nuclear de Irán, sus misiles balísticos y actividades en el Medio Oriente, y la posición regional conjunta sobre estos temas probablemente se utilizará para ejercer una mayor influencia en Estados Unidos. Sin embargo, la pregunta sigue siendo ¿cuánta atención prestará a esto el presidente de Estados Unidos, Joe Biden?
Con la Autoridad Palestina convocando a sus primeras elecciones generales desde 2006, y la indicación de Biden de que desea volver a unirse al Plan de Acción Integral Conjunto de 2015 con Irán, esto significa que las negociaciones se llevarán a cabo mientras Irán probablemente solicite al grupo terrorista Hamás, que controla la Franja de Gaza, que secuestre las elecciones, lo que implica que las posibilidades de que se hagan cargo de la OLP serán muy altas. Este acto podría afectar la idea de la paz y consolidar el mini-Estado de la Guardia Revolucionaria Iraní en las fronteras de Jordania e Israel.
(Foto: AFP)
La administración Biden debe entender que la situación ya no es la misma que durante la presidencia de Obama. El presidente Trump puede tener una reputación negativa, pero logró cambiar la percepción del poder en el Medio Oriente y el impacto que Irán tiene en él. Los Estados del Golfo ya no son débiles; países como Bahrein, a pesar de su pequeño tamaño, se han vuelto influyentes y han desempeñado un papel importante en el apoyo a Egipto en su lucha contra la Hermandad Musulmana y el terrorismo, y han participado en la guerra contra las milicias de Irán en Yemén.
Los Emiratos Árabes Unidos también han logrado cambiar la ecuación militar y política en Libia, e imponer una realidad que hizo que el mundo apoyara a Abu Dhabi al exigir la expulsión de la milicia turca del oeste de Libia.
Con el apoyo de los Estados del Golfo, Sudán está ahora más seguro que nunca. Con la mediación de esos Estados, Marruecos y Sudán entraron en el círculo de la paz con Israel. El poder económico y militar del mundo árabe se concentra actualmente en el Golfo Arábigo, y todos los países árabes ven a los Estados miembros del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) como desarrollados, exitosos y prósperos.
Está claro que Estados Unidos no socavará sus propios intereses en el Golfo para favorecer a Irán. Sin embargo, lo que Washington debería recordar es que si los Estados del Golfo se ven obligados a tomar una decisión firme, lo harán, tal como lo hicieron durante la presidencia de Obama.
En marzo de 2011, el CCG respondió a una solicitud de Bahrein enviando su “Fuerza Escudo de la Península” para ayudar al gobierno bahreiní a detener los disturbios respaldados por Irán en el país, que aparentemente fueron apoyados por la administración de Obama. Eventos como ese no pueden olvidarse, y ahora los Emiratos y Bahrein han encontrado un aliado fuerte y decidido en Israel
En marzo de 2011, el CCG respondió a una solicitud de Bahrein enviando su “Fuerza Escudo de la Península” para ayudar al gobierno bahreiní a detener los disturbios respaldados por Irán en el país, que aparentemente fueron apoyados por la administración de Obama. Eventos como ese no pueden olvidarse, y ahora los Emiratos y Bahrein han encontrado un aliado fuerte y decidido en Israel.
A lo largo de los años, este aliado no ha cambiado de posición y ha seguido negándose a negociar con el régimen iraní. Sin embargo, Estados Unidos ha cambiado y seguirá cambiando de posición y de aliados con cada cambio de presidencia.
Lo que debe quedar claro para Biden es que el mundo árabe comprende que no hay mucho que separe al régimen iraní de los nazis; la única diferencia es que Irán está en el Medio Oriente.
Los iraníes han demostrado continuamente ser fascistas y racistas contra todos los árabes. Desde la década de 1970, los iraníes han ocupado tres de las islas de los EAU. Irán ha asesinado a millones de árabes al infligir y apoyar múltiples guerras, como las de Iraq, Siria y Yemen, y ha apoyado todos los ataques terroristas en Bahrein, Arabia Saudita y Kuwait.
Lo que debe quedar claro para Biden es que el mundo árabe comprende que no hay mucho que separe al régimen iraní de los nazis; la única diferencia es que Irán está en el Medio Oriente
Tanto los ciudadanos como los gobernantes de los Estados miembros del CCG saben que Israel no fue responsable de las explosiones cerca de la Kaaba, y que no apunta a La Meca con misiles. Israel no financia milicias que matan a personas de Iraq y Yemen, ni ocupó Siria, Ahwaz y las islas de los Emiratos. Más bien Irán es responsable de todas esas atrocidades, y los ayatolás continúan demostrando que son enemigos de las naciones árabes y de la humanidad en general.
Ahora es el momento de unirnos para prosperar juntos. Debemos actuar unidos contra un mismo enemigo. Independientemente de la sugerencia de Biden de volver al punto de partida y regresar al Plan de Acción Integral Conjunto de 2015, debemos vivir en paz y prosperidad, y permitir que florezcan la coexistencia, la cultura mutua y los entendimientos religiosos.
*Director regional del Centro Británico de Estudios e Investigación del Medio Oriente, con sede en Bahrein. Autor del libro El engaño de la primavera árabe, y asesor de altos funcionarios del Consejo de Cooperación del Golfo.
Fuente: Israel Hayom.
Traducción NMI.