Se espera que el plan de beneficios fiscales y reducción de aranceles cueste unos 4400 millones de shékels en 2022
El gobierno de Israel anunció este miércoles 9 de febrero un plan de 4400 millones de shékels (1400 millones de dólares) para abordar el aumento del costo de la vida, que incluirá un conjunto de medidas para reducir los impuestos para las familias trabajadoras y disminuir los precios de la energía y los alimentos básicos.
La medida se anunció en medio de una intensa ira pública por el aumento de los precios después de que subieran la gasolina y la electricidad, y de que varias grandes empresas e importadoras retrasaran o anularan sus planes para incrementar sus productos.
En una conferencia de prensa, el primer ministro Naftali Bennett, el ministro de Finanzas Avigdor Liberman y la ministra de Economía e Industria, Orna Barbivai, describieron una estrategia que abarca varios frentes. Aunque no estuvo presente en este encuentro, el canciller Yair Lapid también ha estado involucrado en su desarrollo.
Bennett calificó el plan como “un nuevo contrato, más racional, entre el gobierno y los ciudadanos”, que se enfoca mayormente en las familias trabajadoras. “Los ciudadanos que trabajan y soportan la carga merecen ahorrar más”, dijo.
Los precios de los alimentos se han incrementado aceleradamente en Israel, en parte debido a la fortaleza del shékel
(Foto: The Times of Israel)
Liberman negó que el contenido del plan esté influido por la presión pública. “Incluso sin la última ola de aumentos de precios, sin la gran atención que le han dado los medios, habríamos dado estos pasos”, insistió.
El plan comprende medidas para reducir el impuesto sobre la renta inmediatamente para una parte de las familias israelíes: el gobierno otorgará un punto adicional de crédito fiscal a las familias por cada niño de 6 a 12 años. Cada punto tiene un valor de 233 shékels ($ 73), que se agregará al salario neto de las familias correspondientes cada mes. Se calcula que la medida ascienda a 5352 shékels adicionales por familia por niño durante el año. Sin embargo, se estima que esta medida, una vez promulgada por ley, solo se aplique durante este año 2022. Beneficiará a unos 530 000 padres trabajadores, a un costo de 2100 millones de shékels para las arcas públicas.
También se espera que las familias trabajadoras de clase media se beneficien de los subsidios para el cuidado vespertino de los hijos, que se extenderán a unos 60 000 niños adicionales en categorías socioeconómicas más amplias, a un costo esperado de 150 millones de shékels.
Por otra parte, el gobierno creará un impuesto sobre la renta negativo, en forma de subvenciones, para los aproximadamente 300 000 trabajadores que devengan menos del umbral para pagar el impuesto sobre la renta. Estos recibirán un aumento único del 20% en su salario neto de 2022. Tal medida, que se espera que cueste 250 millones de shékels, también requerirá promulgar una legislación especial.
No está planteado un plan de relajación del impuesto sobre la renta para los contribuyentes que se encuentran fuera de estos parámetros.
Para abordar los precios de la energía, el gobierno suspenderá los impuestos especiales sobre el carbón durante el resto de 2022, para reducir el aumento esperado del precio de la electricidad del 5,6% al 3,4%. Los precios del carbón aumentaron en los últimos meses. Esta medida requiere la aprobación de la Autoridad de la Electricidad, y se espera que cueste 600 millones de shékels. No se abordarán los precios del gas.
Con respecto a los bienes de consumo, el gobierno reducirá los aranceles de múltiples productos importados, incluidos alimentos, artículos de tocador y muebles. Específicamente, el plan contempla eliminar los aranceles aduaneros a la carne de res, pescado, atún enlatado, salchichas, salsas, frutas secas, pasteles y galletas y harina. También se eliminarán los aranceles a los materiales de construcción e infraestructura, autopartes y artículos para el hogar, entre otros.
El plan no aborda el IVA, ni tampoco el costo directo de los bienes nacionales. El Ministro de Finanzas, Liberman, debe emitir una orden para habilitar estas medidas, a un costo combinado de 1260 millones de shékels.
En Israel, los precios exhibidos en los puntos de venta ya incluyen los impuestos, lo que significa que estos ya están integrados en las etiquetas. No está claro si el gobierno obligará a los minoristas a bajar los precios de acuerdo con las deducciones fiscales, para garantizar que no se queden con la diferencia.
Además del plan descrito, Liberman anunció la creación de un comité para investigar cómo incrementar la competencia en el mercado de los comestibles.
Los ministros no explicaron cómo tienen previsto financiar el plan, que se espera que cueste 4400 millones de shékels de las arcas estatales en 2022.
Los aumentos de precios han estado produciéndose desde octubre, pero solo en la última semana el gobierno sintió la urgencia de responder, debido a la presión de los medios y el público. Algunas empresas, como Osem-Nestlé, capitularon ante la indignación pública la semana pasada, y cancelaron los aumentos que tenían previstos para el próximo año.
En diciembre de 2021, The Economist clasificó a Tel Aviv como la ciudad más cara del mundo, citando la fortaleza del shékel y el aumento de los costos de los alimentos y el trasporte.
Fuente: The Times of Israel.
Traducción Sami Rozenbaum / Nuevo Mundo Israelita.