“Y santificarán el año cincuenta, y harán un llamado a la liberación en la tierra de todos sus residentes, jubileo será para ustedes, y retornará cada persona a su propiedad, y cada individuo a su familia regresará” (25, 1)
“Es curioso – señala el “Penei Yehoshua”, ZT”L – que no está escrito en el versículo, “De todos sus esclavos”, sino “De todos sus residentes”.
Este hecho nos demuestra que dentro de los parámetros de la torá existe la posibilidad de abolir la esclavitud por completo, de dejar muy por detrás la idea de esclavizar a alguien. Ya que si en cierto lugar no podría encontrarse la libertad, aun cuando únicamente sea en una pequeña porción de sus habitantes, el resto también se considerarán esclavos.
Solamente se pueden sentir verdaderos aires de libertad, cuando hay posibilidad de no aplicarse la esclavitud de manera absoluta.
La esclavitud es como una epidemia que contagia tanto al esclavo como al amo.
Y sobre esta misma idea se pronunciaron nuestros sabios, diciendo: “Todo aquel que adquiere un esclavo hebreo, es considerado como si recibiera un amo sobre sí mismo”
En nuestra época también está presente el concepto de esclavitud.
No precisamente respecto a someter a alguien a la voluntad de otro, sino sobre aquellos elementos que forman nuestro día a día, y que constantemente utilizamos para ser más productivos.
En ocasiones consideramos que la falta de alguno de ellos podría echar por tierra, no solamente nuestros proyectos personales, sino, nuestra vida misma.
La dependencia del mundo material y – sobre todo – de los avances tecnológicos, nos sitúan en un conflicto existencial, con tendencia, inclusive, a determinar nuestro estado anímico en base a ellos.
Nuestra autoestima se verá afectada si no recibimos un aprobado feedback del nuevo mensaje, reflexión, curiosidad, noticia, etc., que mandamos al grupo de whatsapp.
Nuestros sentimientos darán un giro de 180 grados, al recibir un video con mucha carga sentimental, después de echarle un vistazo a ese nuevo y gracioso video de cámara infraganti.
Pero la torá nos dice: “Y harán un llamado de liberación… a todos sus residentes”.
Ya que el concepto de libertad debe penetrar en cada elemento de nuestro día a día, e imperar sobre cada uno de los que forman la nación hebrea; de no asumir por ningún motivo que sobre nosotros hay un amo (físico o espiritual), representado en cualquier forma conocida o por conocer, sino al Amo y Señor del universo, exclusivamente.
Con la clara conciencia de ser esclavos de Él, y con la firme determinación de decidir sobre nuestro destino, podremos sentir realmente esos verdaderos aires de libertad.
Shabat Shalom