“Eleven un censo de toda la congregación de los hijos de Israel, de acuerdo con las familias y la casta paterna, el numero de los nombres, todo varón per cápita” (1,2).
Este es uno de los tantos conteos que se hizo del pueblo de Israel en el desierto.
¿Por qué?
¿Por qué no?
Cada tanto, todos los países del mundo hacen un conteo de sus habitantes, por distintos motivos: evaluación de la tasa de natalidad, decesos por enfermedades, o cálculo de distintos presupuestos destinados al bien social, etc. Entonces, ¿por qué sería relevante señalar que se hizo un conteo justamente en ese momento? Además, si la idea es saber cuántos eran, ¿por qué se contó nada más a los varones? Y la pregunta final: Dios conoce exactamente la cantidad de personas que tiene el pueblo judío. ¿No podía decirles cuántos son?
Explica el Jidushé HaRim, ZT”L: “Dios ordenó el conteo del pueblo de Israel, por cuanto se sabe que todo lo que se enumera no puede anularse inclusive dentro de mil unidades (por así decirlo) [Ley referente al kashrut cuando cae algún alimento prohibido dentro de una olla, por dar un ejemplo]. Por este motivo los contó, para que el pueblo judío nunca se anule frente a las naciones del mundo”.
Por otro lado el Ktav Sofer, ZT”L, dice: “Nuestros sabios en el tratado de Yomá (22) dicen: “Está escrito: ‘Y fue el número de Israel…’ y por otro lado dice: ‘A quienes nunca podrá medirse ni contar”. ¿Cómo puede ser?
‘A manos del hombre no puede contárselos, pero sí a manos de Dios. Ya que hay un numero en cantidad y uno en calidad. En lo referente a la calidad, es imposible contar al pueblo de Israel: puede haber un justo que sea equivalente a una multitud, como dicen nuestros sabios: Moshé es equivalente a todo el pueblo judío. Por lo tanto, a manos del hombre nunca podrá contárselos, pero Dios sabe exactamente la cantidad real que contiene el pueblo de Israel, en cantidad y calidad”.
El pueblo de Israel no puede nunca reducirse a un número. No somos elementos que quepan en un inventario: cada uno de nosotros es un mundo entero, como lo señalan nuestros sabios. Pero debemos saber que se nos cuenta para no que no nos perdamos en la multitud, en la población mundial [mundana]. Se nos señala en un marco y formamos parte de un conjunto, conteo que no puede hacer nadie aparte del Creador del universo, El que conoce la cantidad y la calidad de Su pueblo.
Por este motivo ordenó hacer este censo entre los varones mayores de edad de Israel, pues ellos son los que pueden elevar el nivel de calidad espiritual del pueblo, con mitzvot, estudio constante de la Torá y demás elementos espirituales que obligatoriamente debe haber en cualquier comunidad.
Esta es una invitación a ser parte activa del pueblo judío, a que los cuenten dentro de los que pueden influenciar y liderar, a no perderse nunca dentro de un simple número.
Shabat Shalom