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I srael ha aprobado la reducción del suministro eléctrico a Gaza a petición del presidente palestino, Mahmud Abbas, una decisión que ha sido duramente condenada por el movimiento islamista Hamás, que controla la Franja.
La radio militar israelí señaló que la Franja, que contaba hasta ahora con cuatro horas diarias de energía eléctrica, pasará a tener suministro por solo tres horas diarias.
La única central eléctrica en el enclave palestino a orillas del Mediterráneo tuvo que cerrar hace dos meses por falta de combustible.
Una parte de la electricidad que Israel suministraba a Gaza era pagada por la Autoridad Nacional Palestina que preside Abbas, líder de al-Fatah, rival de Hamás. El mes pasado, Abbas declaró que iba a detener los pagos. Esto forma parte de la lucha de poder entre al-Fatah y Hamás, grupo que hace diez años tomó el control de Gaza por la fuerza.
Comandantes militares israelíes temen que la reducción del ya escaso suministro energético a la Franja empeore la difícil situación humanitaria en el enclave, informan medios locales. La organización radical palestina expresó su posición a través de un vocero, Abdul Latif Qanou. Citado por el sitio palestino QudsPress, Qanou sostuvo que “la decisión (israelí) de reducir la corriente eléctrica en Gaza por pedido del presidente de la AP, Abu Mazen (sobrenombre de Mahmud Abbas), tendrá un efecto catastrófico sobre todos los sectores de la vida, acelerará el deterioro de la situación y [causará] la explosión de la Franja”.
La crisis económica y energética en Gaza y el creciente aislamiento de Hamás, asfixiado por la AP en Ramala y con su aliado Catar perdiendo fortaleza debido al boicot del resto del mundo árabe, hacen cada vez más probable un nuevo enfrentamiento bélico entre las milicias de la Franja e Israel. “Hay un grave riesgo de que vuelva a haber una confrontación” armada, señaló a la agencia de noticias EFE Ófer Zalzberg, destacado analista del centro international Crisis Group, quien piensa que puede ocurrir antes de fin de año.
La situación no deja de empeorar, diez años después de la toma del control del territorio por Hamás, cada vez más arrinconado y con poco margen de maniobra para mejorar las condiciones de vida.
Dieciséis organizaciones no gubernamentales israelíes, junto a Amnistía Internacional, enviaron un comunicado al fiscal general de Israel, Avijai Mandelblit, solicitándole que sugiera al gabinete de seguridad la cancelación, por razones humanitarias, del recorte del suministro eléctrico a Gaza.
Una delegación de Hamás, encabezada por su nuevo líder en Gaza, Yahyia Sinwar, se reunió durante nueve días en El Cairo con el jefe de la Inteligencia egipcia, general Khaled Fawzy, con la finalidad de pedirle apoyo.
Pero según el diario saudita A Sharq al-Awsat, editado en Londres, Egipto le entregó una pesada lista de exigencias, que incluye la entrega de 17 hombres buscados bajo cargo de terrorismo, mayor protección en la frontera, el cese del contrabando de armas hacia el Sinaí, e información sobre el movimiento de combatientes a Gaza a través de los túneles fronterizos.
Por si fuera poco, el jefe político de Hamás, Ismail Haniye, quien pretendía sellar los detalles de la renovación de los lazos con Irán, no ha recibido el visto bueno de El Cairo para viajar a Teherán y no ha podido salir de la Franja.
Con información de Aurora, The Times of Israel y Clarín (Buenos Aires)