E l Instituto para la Democracia de Israel acaba de publicar el “Reporte estadístico sobre la sociedad ultraortodoxa de Israel 2016”, según el cual se ha incrementado la cantidad de haredim que hacen el servicio militar, cursan carreras universitarias y se incorporan a la fuerza de trabajo. Sin embargo, la pobreza sigue siendo alta en ese grupo demográfico.
Según el reporte, al finalizar el año 2015 la comunidad haredi sumaba 950.000 personas, es decir 11% de la población del país y casi uno de cada siete judíos israelíes. Este grupo se está incrementando rápidamente, pues su tasa de crecimiento es del 4% anual en comparación con solo 1% de los judíos no ultraortodoxos; las mujeres haredi tienen en promedio 6,9 hijos, mientras que en la población general tienen 3,1. Se prevé que los haredim sean un 14% de la población del país en 2024, aunque su número promedio de hijos está disminuyendo.
A pesar de que la proporción de haredim que se matriculan en bachillerato sigue siendo muy baja, la de los que cursan estudios universitarios ha venido aumentando: en el año académico 2007-2008 un 15% de los haredim estudiaban o habían estudiado una carrera universitaria, proporción que se incrementó al 19% en 2013-2014, según la Oficina Central de Estadísticas. Las mujeres muestran una tasa mayor que los hombres, 23% frente al 15% respectivamente.
En cuanto al enrolamiento en las fuerzas armadas, aproximadamente el 30% de los hombres haredi hacen actualmente el servicio militar; en la sociedad judía no haredi la proporción se acerca al 100%.
En cuanto al empleo, también se está incrementando entre los ultraortodoxos; 50% de los hombres trabajan (87% en la población general), y 73% de las mujeres (81% entre las no haredi).
No obstante, un 52% de la población ultraortodoxa vive por debajo de la línea oficial de pobreza, comparado con 19% de la población general, y una cuarta parte de las familias haredi padece inseguridad alimentaria. A pesar de ello, la proporción de los haredim que afirman estar “muy satisfechos” con sus vidas es el doble que en el resto de la sociedad israelí.
Otro dato que revela el estudio es que la proporción de haredim que hacen donaciones caritativas es superior al promedio: 91% frente al 69%. También superan las tasas de trabajo voluntario: 39% en comparación al promedio nacional de 23%.
Gilad Malaj, uno de los autores del reporte, señala que sus resultados demuestran una clara tendencia hacia la mayor integración de la comunidad haredi en la sociedad. Esto resulta fundamental para evitar un estancamiento económico de Israel, según han advertido numerosos economistas.
Con información de The Jerusalem Post. Traducción y versión NMI.