Cientos de rollos de la Torá, algunos con más de 700 años de antigüedad, se encuentran en un lugar sorprendente: una base cerrada de las Fuerzas de Defensa de Israel.
Al diario Israel Hayom se le permitió dar una mirada excepcional al enorme almacén de la base de Shura de las FDI, donde se protegen más de 400 Sifréi Torá. El teniente coronel Shoham Orkaby, jefe del departamento de Halajá (ley judía) del Rabinato Militar, dice: «No existe nada comparable en el mundo. La sensación que da es como si atravesaras un túnel del tiempo a través de la historia del pueblo judío».
Debido a que los rollos son sagrados no se pueden exhibir en un museo, y como se encuentran en una base militar cerrada, el público en general no puede verlos. Están depositados en largas estanterías industriales de metal, en un almacén conocido como «Tesoro de la Torá».
«Algunos tienen 750 años, y están escritos en un pergamino más grueso que el que se emplea hoy. Hay pocos como estos en Israel, y aquí tenemos docenas», comenta Orkaby.
Tesoro único y poco conocido: la colección de Sefarim Torá en la base de Shura
La mayoría de los rollos eran utilizados por comunidades judías que fueron destruidas. Uno fue donado por el sobreviviente del Holocausto Edward Mossberg, después de que participó en una delegación de Testigos en Uniforme a Auschwitz.
«Compró el pergamino a un campesino rumano que lo había escondido en un granero, y le hizo fabricar una cubierta que contiene los nombres de todos los campos donde estuvieron sus familiares junto a los nombres de los quienes sobrevivieron, incluido el suyo propio. Hoy, ese pergamino es utilizado por las delegaciones que van a Polonia».
Otra Torá, conocida como «El Prisionero», fue llevada a una prisión egipcia por un soldado capturado durante la Guerra de Yom Kippur de 1973. En 2000, el entonces presidente de Egipto, Hosni Mubarak, accedió a una solicitud del presidente israelí Ezer Weizmann, y el pergamino fue devuelto. «Lamentablemente se quedaron con la mitad y, simbólicamente, se rompió justo en medio de la bendición sacerdotal», cuenta Orkaby.
Otros rollos de la Torá siguen llegando a la base. «Cada vez que recibimos uno creamos su “ADN”, investigamos su historia, y lo preservamos con reverencia, porque entendemos qué tesoro, qué cosas asombrosas tenemos», termina Orkaby.
Fuente y foto: Israel Hayom.
Traducción Sami Rozenbaum / Nuevo Mundo Israelita.