Wanda Cudisevich Arnstein, alumna de segundo año de Bachillerato del Colegio Moral y Luces “Herzl-Bialik”, ha recibido un reconocimiento internacional por su contribución al descubrimiento de un asteroide.
Se trata de la International Astronomical Search Collaboration, IASC (Colaboración Internacional de Búsqueda Astronómica), programa que gestiona imágenes tomadas en el contexto del programa Pan-STARRS (siglas de Panoramic Survey Telescope And Rapid Response System, Telescopio de Reconocimiento Panorámico y Sistema de Respuesta Rápida).
Pan-STARRS obtiene imágenes con los telescopios y cámaras del Observatorio de Haleakala, perteneciente a la Universidad de Hawai, para detectar y calcular la trayectoria de los objetos del Sistema Solar ubicados tanto en el Cinturón de Asteroides como en órbitas que los aproximan a la Tierra, a fin de completar el catálogo de esos objetos y determinar los riesgos que puedan representar para nuestro planeta. Por ello, la NASA está involucrada en el programa.
La actual edición de Pan-STARRS, la segunda hasta el momento, comprende un total de 1,6 petabytes de información, la mayor cantidad de data astronómica jamás acumulada y que equivale a 30.000 veces el texto completo de Wikipedia. Como resulta imposible para los especialistas revisar todas esas imágenes —a pesar de los potentes sistemas informáticos de que dispone el programa—, y con la finalidad de cumplir con su misión educativa, el IASC comparte parte de las fotografías con grupos de estudiantes de todo el mundo que, tras un apropiado adiestramiento, pueden ayudar a detectar los asteroides u otros objetos no catalogados que puedan aparecer en esas imágenes.
Cuando hace casi un año se abrió la oportunidad de participar en Venezuela, Wanda Cudisevich, de 13 años de edad, se inscribió en uno de los equipos del grupo denominado Órbita CI-130 (cociente intelectual superior a 130), integrado por doce adolescentes de 12 a 17 años que estudian en colegios de Caracas. Ella explica: “Para participar hay que tener conocimientos de un programa llamado ‘Astrométrica’. El instructor David Oviedo nos dictó un curso de Introducción a la Astrofísica en la Universidad Metropolitana durante una semana, y nos explicó cómo trabajar con las fotografías. Luego comenzaron a enviarnos sets (grupos) de imágenes para que las analizáramos. Para confirmar la detección de un objeto, este debe haberse movido con respecto al fondo de estrellas en tres imágenes diferentes”.
Diploma obtenido por su descubrimiento.
El objeto que Wanda identificó, tras analizar más de 30 sets de imágenes, formó parte de la “campaña” del 23 de septiembre al 18 de octubre de 2019. Al confirmarse que efectivamente se trata de un asteroide antes desconocido, se le otorgó la denominación provisional de “2019 SN23”. Cuando la Unión Astronómica Internacional determine su órbita, le asignará un nombre definitivo.
Gracias a su experiencia, Wanda es ahora coordinadora del equipo “A” del programa Órbita CI-130. Al preguntársele si piensa estudiar la carrera de Astrofísica, dice: “Tengo como cinco intereses diferentes, de ciencia y de arte. Todavía no sé qué voy a estudiar, hay muchas cosas que me gustan”.
Estos intereses compartidos entre la ciencia y el arte recuerdan a los de su abuelo materno, Gustavo Arnstein Z’L, director de Nuevo Mundo Israelita entre 2000 y 2008, y quien además de ser investigador y docente en Química ocupó importantes cargos en el mundo cultural venezolano.
S.R.