Alberto Inácio Vieira nació en Fortaleza, Brasil, el 6 de enero de 1941.
Nuestro “Filio” comenzó a trabajar en Hebraica el 22 de julio de 1975, y desde entonces se convirtió en figura emblemática para los miembros y el equipo de profesionales de la institución. Su incansable y continua labor lo ubicaron posteriormente como jefe de Mantenimiento e Infraestructura, para luego ascender al cargo de Gerente del Departamento, el cual siguió bajo su coordinación hasta el día de su fallecimiento, el pasado 20 de octubre de 2021.
Como entrenador de fútbol, durante sus inicios en la institución
El 29 de junio de 2014, Hebraica celebró los 39 años de labor de Alberto con un emotivo homenaje que contó con la participación de expresidentes, deportistas, profesionales y demás personal de la institución, y en el que estuvieron invitados su esposa Vera, dos de sus hijas, sus nietos y otros familiares. Durante este reconocimiento se habló sobre sus inicios como masajista del equipo de fútbol y su posterior trayectoria en el Departamento de Mantenimiento, y se sembró un árbol en su honor.
Así como amó a su familia, a sus cuatro hijos y a su fiel esposa, también quiso, agradeció y respetó a quienes le dieron un buen consejo y lo llenaron de ánimo cuando un nuevo reto “asustaba sus ganas”.
Ofreciendo instrucciones al equipo de fútbol
Para Alberto, Hebraica fue su vida; sus espacios y su gente fueron parte de su historia y así quiso que fuera hasta el último día de su vida, que dedicó con cariño y dedicación a nuestra Institución.
Alberto deja una huella indeleble en Hebraica y en cada uno de los corazones de quienes tuvieron el privilegio de conocerlo, como reza la placa que se colocó en su honor aquel 29 de junio en reconocimiento a su admirable vocación al trabajo y su disposición a aportar en la conquista de todos los sueños que se gestan aquí.
Como gerente del Departamento de Mantenimiento del CSCDR Hebraica, acompañado por su equipo
“Para mí Hebraica es mi vida, la comunidad hebrea me ha abrazado, me ha dado todo lo que he necesitado, Hebraica nunca me dijo ‘no’. Yo amo a Hebraica, le abrió los brazos a Alberto Vieira. Yo vi crecer a Hebraica, desde hace más de 47 años vi crecer niños que hoy son abuelos. Mi vida es mi familia y Hebraica”, fueron palabras de Alberto Vieira en una entrevista realizada hace un año.
Fue querido y respetado por quienes transitan en nuestros pasillos. Si bien era una persona sumamente seria, el cariño que sentía por todos y la disposición a colaborar para que todo fluyera de manera correcta y sin escapar detalle alguno, lo hicieron ser una de las personas más admiradas de esta Institución.
Rodeado por varios expresidentes de Hebraica durante el acto de siembra de un árbol en su honor, el 29 de junio de 2014. El árbol está ubicado en el jardín entre las dos piscinas
Las reacciones a su desaparición física no se hicieron esperar, y el amor por lo que representó en vida este gran ser humano fue expresado en diferentes mensajes recibidos a través de la cuenta de Instagram de Hebraica.
Instituciones comunitarias como la UIC, la AIV, la CAIV, el SEC, Fundasec, la Agencia Judía para Israel, MASÁ Israel Journey y el Keren Kayemet hicieron llegar sus palabras de condolencia a Hebraica, la que fue casa de Alberto y donde en cada rincón aún se siente su presencia.
Alberto Vieira sentado en su lugar favorito de Hebraica, bajo el árbol sembrado en su nombre
El pasado 21 de octubre se le dio el último adiós en un sentido homenaje, cuando se guardó un minuto de silencio en su honor y se entonó el himno de Hebraica para despedir a Alberto. “Desde el cielo, Albertico, cuida y protege a Hebraica como siempre lo hiciste” fueron las palabras de Próspero Benarroch, vicepresidente del CSCDR Hebraica.
Luego partió de la institución la carroza fúnebre que llevó a su lugar de descanso final los restos físicos de este querido amigo. En el conmovedor acto participaron miembros de la Junta Directiva, la familia Vieira, el Gerente General Ezra Kaim, expresidentes, profesionales, integrantes del personal y miembros del centro comunitario.
Rodeado de niños en los espacios de la institución que tanto amaba
Sin duda alguna, “Filio” será extrañado por todos, niños, jóvenes y adultos.
¡Vuela alto, querido Alberto!
Karina Anidjar, Departamento de Comunicación e Información del CSCDR Hebraica;
y Redacción NMI.
La familia Vieira agradecida con Hebraica
“Mi papá le estará eternamente agradecido a Hebraica, primero por haberlo acogido, por haberlo hecho un profesional; comenzó como un hombre que prácticamente lo único que sabía era leer y escribir, y todo lo que aprendió lo aprendió en Hebraica. Nos dieron la oportunidad de ser parte de la familia Hebraica, nos permitieron a nosotros sus hijos formar parte de la comunidad, compartir y hacer deportes allí, crearon en nosotros bases y valores incalculables.
“Todo lo que somos hoy en día se lo agradecemos en parte a la formación de la casa, pero también a la formación recibida en Hebraica, rodados de toda la comunidad. Ustedes nos acogieron y nos permitieron ser parte de esta comunidad.
“En nombre de mi familia, de mi mamá y mis hermanos, no habrá palabras de agradecimiento suficientes para ustedes, por todo lo que hicieron por mi papá desde el día uno hasta hoy, el último día de su vida.
“Desde que mi papá llegó a Hebraica, como él lo decía, se enamoró. Fue el único trabajo que tuvo desde que llegó a Venezuela, fue el único lugar donde siempre estuvo. Él antepuso muchas veces su trabajo sobre su familia, pero cómo no hacerlo si su familia estaba ahí. Nosotros hacíamos deporte ahí, éramos parte de Hebraica.
“Muchísimas gracias por todo lo que nos brindaron, generación tras generación. Espero volver a Venezuela y visitar esos lugares que él frecuentaba, donde muchas veces lo vi sentado para conversar y hablar con él. Así como él lo dijo, Hebraica era su casa”.
Vera Vieira, hija.
“Hoy mi padre dijo adiós a su amada Hebraica. Me embarga una tristeza profunda, pero a la vez una alegría inmensa por todo lo que mi padre fue querido. No tengo palabras para agradecer a la comunidad judía de Venezuela. No le faltó nada, luchamos juntos para que se quedara en este plano, pero Dios lo quiso a su lado. Mi agradecimiento profundo a cada miembro de la comunidad.
“Padre, te voy a extrañar, pero gracias a ti tengo hermanos regados en el mundo entero. Vuela alto, papá, qué grande eres”.
Marcos Vieira, hijo.
De igual manera la señora Vera de Vieira, viuda de Alberto, se comunicó con el Gerente General de Hebraica, Ezra Kaim, para agradecer cada gesto de la institución, de sus presidentes y equipo de trabajo, todo el apoyo y el amor incondicional que se le entregó a su esposo en vida, en su enfermedad y después de su fallecimiento.