Un llamamiento al pueblo libanés para que no permita que Irán construya una “medialuna chiíta” desde Teherán hasta el Mar Mediterráneo
Mordejai Kedar*
En este momento caen sobre Israel cohetes y misiles, disparados desde zonas controladas por Hezbolá en el Líbano.
Cada día, soldados israelíes mueren en el Líbano, y el pueblo libanés también sufre durante esta intensa guerra entre Hezbolá y el Estado judío.
En este momento crítico hago un llamamiento al pueblo libanés, que ha sufrido bajo el gobierno de Hezbolá durante muchos años, para que ayude a Israel a derrocar a Hezbolá, para que pueda disfrutar de paz, seguridad y prosperidad.
Hezbolá es una organización terrorista que no solo ha atacado al pueblo judío. También han asesinado a activistas estadounidenses, franceses y libaneses cristianos que se oponen al hecho de que Hezbolá haya estado extorsionando, secuestrando y quemando las casas de los cristianos en el sur del Líbano.
Los sunitas y los drusos tampoco se han librado de su ira. Una de las víctimas de Hezbolá fue Rafik Hariri, ex primer ministro del Líbano. Hezbolá lo asesinó a sangre fría porque se oponía a que Siria controlara el Líbano.
Miembros de Hezbolá hacen su tradicional saludo nazi durante el funeral de terroristas de esa organización muertos en un ataque israelí en Shehabiya, sur del Líbano
(Foto: AFP)
El Instituto Internacional para la Lucha contra el Terrorismo ha expresado: “Es pertinente señalar el secuestro y asesinato de Suleiman Pascal, un miembro destacado del partido ‘Fuerzas Libanesas’, que ocurrió a principios de abril de este año. Si bien los informes oficiales atribuyeron la responsabilidad del asesinato a inmigrantes sirios, hubo datos que implicaron a Hezbolá en el crimen”.
No fue el único. Luqman Salim era un ciudadano libanés y activista político que supuestamente fue atacado y asesinado por Hezbolá también por sus opiniones críticas. Y la lista continúa.
Ha llegado el momento de que el pueblo libanés despierte, para que su país no se convierta en otra Gaza. Debe ayudar a Israel a librar al Líbano de Hezbolá, y empezar a construir un país amante de la paz como Azerbaiyán, que promueva la tolerancia religiosa y el pluralismo para todos sus ciudadanos.
El Líbano, como Azerbaiyán, es una sociedad multicultural. Si bien el país tiene hoy una mayoría musulmana, todavía existe una comunidad cristiana y drusa considerable.
La comunidad musulmana tampoco es homogénea. Hay considerables poblaciones chiítas y sunitas. Por esta razón, la mejor manera de avanzar para el Líbano es el modelo azerbaiyano. Azerbaiyán es un país secular, pluralista y multicultural ubicado al sur del Cáucaso.
Aunque tiene una mayoría chiíta, Azerbaiyán respeta a su minoría sunita lo suficiente como para rezar juntos en la mezquita Heydar de Bakú. Es la única mezquita importante en el mundo donde sunitas y chiítas oran juntos en paz y armonía.
Azerbaiyán también cuenta con una comunidad judía de tamaño considerable que coexiste pacíficamente con la mayoría musulmana. “Nosotros, los judíos de las montañas de Azerbaiyán, vivimos en esta tierra desde hace unos 2500 años. Durante todo este tiempo el pueblo de Azerbaiyán nos ha acogido y protegido del peligro. Si algún judío en cualquier parte del mundo se siente amenazado, debería mudarse a Azerbaiyán”, dice Milikh Yevdayev, el líder de la comunidad judía azerí.
Los judíos de Azerbaiyán no son el único grupo minoritario que coexiste pacíficamente con los musulmanes. En el país también hay comunidades cristianas y bahais florecientes. El país está además orgulloso de su herencia zoroástrica, y muchos vestigios del zoroastrianismo siguen siendo parte de Azerbaiyán en la actualidad.
Elchin Amirbayov, representante ante el presidente de Azerbaiyán para misiones especiales, declaró recientemente a los medios de comunicación azerbaiyanos: “La tolerancia religiosa, que yo definiría más bien como el respeto mutuo entre representantes de diversas denominaciones y credos, y su coexistencia armoniosa y pacífica en nuestro país, es el sello distintivo de Azerbaiyán y una fuente de orgullo para todos los azeríes, independientemente de su origen étnico o antecedentes religiosos. Nuestra posición geoestratégica en la intersección entre Oriente y Occidente, y nuestra capacidad para absorber y mantener los valores de ambas civilizaciones, nos permiten desempeñar el papel de un puente vivo entre diversas culturas y civilizaciones”.
Aunque tiene una mayoría chiíta, Azerbaiyán respeta a su minoría sunita lo suficiente como para rezar juntos en la mezquita Heydar de Bakú. Es la única mezquita importante en el mundo donde sunitas y chiítas oran juntos en paz y armonía
En este ambiente multicultural, Azerbaiyán también tiene una amistad muy fuerte con el Estado de Israel, que continúa a pesar de la guerra en curso en Gaza y sus lazos fraternales con Turquía.
Si el Líbano se deshiciera de Hezbolá y siguiera el modelo azerbaiyano de pluralismo religioso, podría adherirse rápidamente a los Acuerdos de Abraham y dejar atrás la actual guerra, ahorrándole así al pueblo libanés muchas tragedias y dolores de cabeza.
Por lo tanto, hago un llamamiento al pueblo libanés para que no permita que Irán construya una “medialuna chiíta” desde Teherán hasta el mar Mediterráneo. Dejen de sufrir por causa de Hezbolá, a quien solo le importa lo mejor para Irán y sus aliados, no para ustedes.
Ayuden a Israel a liberar al Líbano de Hezbolá y a reemplazarlo por el modelo azerbaiyano de multiculturalismo, que coexistirá pacíficamente con el Estado de Israel. Háganlo para que sus hijos y nietos puedan tener una vida mejor. Liberen al Líbano de la tiranía de Hezbolá.
Analista y comentarista sobre el Medio Oriente.
Fuente: The Jerusalem Post.
Traducción Sami Rozenbaum / Nuevo Mundo Israelita.