Publicaré de nuevo el artículo que salió en El Universal el 18 de enero del pasado año, en memoria de una ilustre profesora, la morá Nusia Wacher Z’L, que el 27 de este mes partió al plano celestial cuando estaba por cumplir 101 años de edad, justamente en la fecha de conmemoración de la memoria de las víctimas del Holocausto, siendo ella una sobreviviente del mismo.
En nuestra fe no creemos en casualidades, por lo que el llamado del Creador a la morá Wacher Z’L el mismo día de la conmemoración de dicha memoria, donde ya ella es parte sustancial, nos indica que su energía que se fue acrecentando con el trascurso del tiempo (un siglo) será, y así lo creo, invertida en situaciones y temas destinados para el bienestar de Am Israel y la humanidad toda
El pasado 15 de enero se celebró en Venezuela el Día del Maestro, fecha que ya desde 1932 se designó como tal, cuando un grupo de profesores constituyó la Sociedad Venezolana de Maestros con la finalidad de ser la cara visible de este gremio, en defensa de sus intereses laborales, condiciones de vida y consecución de una metodología educativa de avanzada para cada época, como escuelas, equipos e instrumentos de calidad para que los alumnos salgan lo mejor preparados posible, con el objeto de seguir su desarrollo en niveles superiores de educación, o para ganarse la vida con lo aprendido en las aulas de clase.
Siendo una profesión tan importante en la formación de nuestros niños, niñas y adolescentes, vemos con tristeza cómo en diferentes períodos históricos no ha sido valorada como se merece, teniendo parte del profesorado que trabajar en otras actividades que le den mayor sustento económico o emigrar, buscando otras alternativas de vida.
Estoy convencido de que se debe dar un apoyo sustancial al maestro(a) tanto en su formación académica como en su salario y beneficios contractuales, que los provea y satisfaga su modus vivendi, pudiendo atender a sus tareas escolares y compromisos académicos sin mayor apremio que los que se produzcan por las circunstancias normales de su trabajo.
Se necesita que la generación de relevo en nuestra Venezuela esté formada en valores patrios, como en conocimiento académico, pero de acuerdo a las necesidades de un mundo globalizado y cambiante, donde se enseñe a indagar, a investigar, a pensar, se cree el hábito de la lectura y la búsqueda de soluciones a los problemas planteados, alejado de la inmediatez de las redes sociales.
Los expertos aseguran que los primeros seis años de vida son indispensables para el crecimiento intelectual del niño(a) porque es donde se desarrollan las habilidades sicomotoras, cognitivas, lingüísticas, emocionales y sociales. Los niños(as) a esas edades son unas esponjas y pueden aprender de forma muy natural lo que se les presente.
Los profesores deben tener la capacidad de no solo de enseñar, sino motivar a sus alumnos para que de acuerdo a sus aptitudes sean capaces en desarrollar las mismas, tomando en cuenta que según las investigaciones en el área de la neurociencia nuestro cerebro es plástico, maleable, abierto al aprendizaje, constituyendo una puerta abierta a la esperanza por el conocimiento y el rendimiento académico.
En la comunidad judía de Venezuela tenemos el honor y orgullo de celebrar próximamente el cumpleaños número 100 de una maestra muy especial, sobreviviente de la Shoá, y quien desde que arribó a Venezuela en noviembre de 1947, se dedicó a la enseñanza prácticamente desde su arribo, en el Colegio Moral y Luces Herzl Bialik, a partir de 1948 hasta el período 1982-83. Se trata de la morá Nusia Wacher, madre de Rebeca, quién adquirió de su madre el tesón y la perseverancia, tan o más importantes incluso que la inteligencia.
La morá Nusia Wacher es la imagen de nuestro artículo de esta semana, con cariño a una persona que dedicó su vida a enseñar a otras. Qué mejor manera de vivir tu vida y ser feliz con lo que haces.