El Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela, mejor conocido como “El Sistema”, está de plácemes al cumplir los primeros 50 años desde su fundación a principios de 1975, por una persona que aunque parezca antagónico fue economista, pero a la vez apasionado de la música; nos referimos al gran maestro José Antonio Abreu.
El maestro Abreu nació en Valera, estado Trujillo, un 7 de mayo de 1939, y falleció el 24 de marzo de 2018, a los 78 años de edad.
Estudió Economía en la Universidad Católica Andrés Bello, mi alma mater, y música, que fue sin lugar a dudas su verdadero amor, en el Conservatorio José Ángel Lamas en Caracas.
Imagínense, esta apuesta se inició con solo 11 músicos y en un garaje, pretendiendo a través de la música a que jóvenes de diferentes estratos, apuntando a la inclusión social como meta, proporcionarles una carrera que les permitiera tener una calidad de vida satisfactoria en los aspectos económico, espiritual, social y personal.
En 1979 El Sistema paso a llamarse Fundación del Estado para el Sistema Nacional de Orquestas Juveniles e infantiles de Venezuela (Fesnojiv), recibiendo apoyo y financiamiento del Estado. En solo cuatro años empezó a resonar como un modelo de educación musical, que fue imitado por diversos países.
Para que tengamos una idea del impacto en la juventud venezolana, según la información del año 2020 que pude investigar, El Sistema contaba con 443 núcleos de desarrollo académico y 1704 módulos, atendiendo a un millón doce mil setenta y siete (1.012.077) personas entre niños, jóvenes y adultos, en su variada programación que abarca coros, orquestas y grupos de cámara. En cinco décadas, El Sistema ha extendido una red de más de 120 orquestas juveniles y 60 orquestas infantiles.
Sin lugar a dudas y sin temor a equivocarme, los programas de educación musical que ofrece El Sistema, además del enorme impacto social y cultural, ha sido uno de los más ambiciosos proyectos culturales y de mayor alcance a nivel mundial.
De las entrañas de El Sistema salieron figuras de la talla de Gustavo Dudamel, quien comenzó su carrera como violinista a la edad de cuatro años, pero pronto descubrió que su verdadera vocación era la dirección orquestal. Ya a los 18 años fue nombrado director de la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar, que es el buque insignia de El Sistema. En 2004 gano el prestigioso premio de Dirección Gustav Mahler, organizado por la Orquesta Sinfónica Bamberg en Alemania, y de ahí su carrera se catapultó exponencialmente a todo el orbe, dirigiendo las orquestas más importantes del mundo como la Filarmónica de Berlín, la Filarmónica de Viena, la Orquesta Sinfónica de la Radio de Baviera, la Orquesta Filarmónica de Nueva York, y la Filarmónica de los Ángeles; en esta última implementó programas educativos inspirados en El Sistema.
Dudamel ha recibido innumerables premios, como el Grammy y la Medalla de Oro de la Royal Philharmonic Society. Ha dirigido la banda sonora de Star Wars: The Force Awakens y colaborado en la película West Side Story de Steven Spielberg. Como si fuera poco, se anunció que en 2026, el año del próximo Mundial de Fútbol, asumirá la dirección de la Ópera de París.
Otro de los internacionales salidos de El Sistema es el renombrado maestro Eduardo Marturet, quien ha dirigido importantes orquestas en Venezuela y el exterior, convirtiéndose en una figura emblemática dentro de la música clásica venezolana.
Como Gustavo Dudamel y Eduardo Marturet, se han proyectado miles de jóvenes a nivel mundial como músicos, solistas e instrumentalistas que hoy forman parte de orquestas de renombre, tanto en Venezuela como en el mundo.
El maestro José Antonio Abreu recibió innumerables reconocimientos, entre los cuales podemos mencionar el Premio Derechos Humanos 2008 por parte de la comunidad judía de Venezuela a través de la Fraternidad Hebrea B’nai B’rith, dirigida para la época por Daniel Belozercovsky, de bendita memoria. Ese mismo año recibió el Premio Príncipe de Asturias de las Artes, el 2009 el Premio Ted, la Legión de Honor de Francia y el Polar de Música, entre otros galardones y reconocimientos en los años posteriores.
La foto del artículo de esta semana reseña la entrega del Premio Derechos Humanos al maestro José Antonio Abreu por parte de la Querida Hermana Felicitas Kort y mi persona, presenciando la entrega el Querido Hermano Daniel Belozercovsky Z’L y la Querida Hermana embajadora Mirian Feil.