Israel, minúsculo país que en 60 segundos va de la tristeza más profunda del Día de la Recordación de los Caídos en las Guerras y Atentados, a la alegría más grande por el Día de la Independencia
Dori Lustron*
El país de las contradicciones: Israel. Suelo de contrastes tan increíbles como ciertos, donde vivimos justo en el medio. En el Medio de Oriente, dos culturas opuestas, la Oriental y la Occidental, se enfrentan y a la vez se aglutinan para formar el país que tenemos. La amalgama que se forma engendra un lugar con sabor netamente personal y típico. Israel, minúsculo país que en 60 segundos va de la tristeza más profunda del Día de la Recordación de los Caídos en las Guerras y Atentados, a la alegría más grande por el Día de la Independencia.
Cada sonar de sirenas nos conmueve hasta las fibras más intimas. Cada sonar de sirenas nos hace volver atrás en el tiempo y pensar en un futuro incierto, en el que la Paz llega a ser solo una esperanza. De nada vale decir al mundo que Israel se retira de los territorios porque quiere ver sus deseos de paz concretados. La culpa siempre la tienen los judíos. Y solo nosotros sabemos que no es una paranoia colectiva, sino que nos culpan hasta de existir. Nos niegan hasta ese derecho. Israel no puede ni debe existir, pero nosotros pensamos de manera diferente. PENSAMOS… Y como seres pensantes que somos, sabemos que nunca más nos van a encontrar desprevenidos. Nunca más sin preparación. Nunca más sin defendernos. El miedo quedó en Auschwitz, en los hornos de los crematorios y en esa pobre gente que entraba a las cámaras de gas pagando el pecado de ser judíos. Los que quedaron, esqueletos humanos salidos de los campos de la muerte, fueron, en gran parte los forjadores valientes de este Estado de Israel. Y eso el mundo no lo perdona.
¿Cómo en esa tierra que era desierto y pantanos los judíos construyeron un país?
“¿Para qué necesitamos de ellos? ¡Si les ‘dimos’ ese pedazo de desierto para sacárnoslos de encima y depositarlos allí! ¡Todavía tienen la osadía de destacarse en todo! ¡Que no molesten, demasiado les dimos!”.
El edificio de la municipalidad de Tel Aviv se iluminó este miércoles por la noche para celebrar los 73 años del Estado de Israel
(Foto: The Times of Israel)
Pero cuando nos necesitan para aquello en lo que no tienen eficiencia, Israel es la clave: exportamos ciencia y tecnología, y ellos lo saben aunque no quieran admitirlo.
El pensamiento de Europa. Ellos tienen culpas que arrastran desde mucho antes. Estados Unidos sabía de los trenes de la muerte y callaba. Europa también lo sabía, y callaba. Era un secreto a voces.
Sabían de los campos y de lo que allí se hacía, y nada hicieron. Nada hicieron para bombardear una vía de un tren, ni para ayudar a los judíos.
Nada hicieron. Nada hacen y nada harán.
Estamos solos.
Israel no tiene amigos, solo intereses, y ahora lo veremos ante la aparición de los yacimientos de gas y petróleo.
Y nosotros, que ya no estamos desprevenidos, lo sabemos.
Nunca nada fue fácil. La violencia signó la vida del pueblo judío a lo largo de su historia desconsolada. El desconsuelo por la pérdida de miles de personas, que fueron quedando en el camino sin ver su anhelo concretado, es el mismo desconsuelo sentido al verse dispersos, apartados de su lugar de origen.
Y seguimos llorando a nuestros muertos y festejando con alegría la independencia que tanto nos costó conseguir. Contradicciones de nuestro pueblo. De las lagrimas más vivas a la alegría más expresiva.
73 años han hecho emerger de las doradas arenas que bordean el azul Mediterráneo, un oasis de cemento y árboles. Esta nota de color, de flores, de cultivos insertados en un ambiente árido, donde la labor del hombre ha sido fundamental, da la pauta de lo que hoy es el país. Una nación pujante en permanente construcción, a pesar de las terribles dificultades políticas, económicas y sociales a las que se enfrenta. Una Intifada corrosiva, reconocida como un fracaso por los propios palestinos, hizo que Israel perdiera no solo vidas invalorables sino estabilidad económica.
Israel es una potencia científica y tecnológica. Exportamos tecnologías, y cada día el área de Investigación y Desarrollo es una de las más importantes. La lista de descubrimientos científicos que aportan al mundo es infinita. A pesar del conflicto, el país avanza a pasos agigantados y para asombro de todos, estamos en el puesto 12 de la gente más feliz del mundo. Contradictorio ¿verdad?
Este es el paisito nuestro. Avanza en todas las áreas: líder en tecnologías, en descubrimientos científicos. 73 años rodeados de enemigos, con varias guerras en su haber, y nadie puede detener el avance de la nación
Y aparecieron el gas y el petróleo. Ni siquiera teníamos agua, y ahora… gas que fluye desde los yacimientos del norte: Tamar y Leviatán. Y el petróleo bituminoso o shale oil. Y el agua desalinizada….y el Banco Mundial que aprobó el crédito para desarrollar el proyecto Aravá, de llevar agua del Mar Rojo al Mar Muerto, con toda la infraestructura necesaria para una central hidroeléctrica y una desalinizadora. Este es el paisito nuestro. Avanza en todas las áreas: líder en tecnologías, en descubrimientos científicos. 73 años rodeados de enemigos, con varias guerras en su haber, y nadie puede detener el avance de la nación.
El planeta está en crisis, y nuestro país es parte de este nuevo orden mundial donde también está latente el antisemitismo. Sabemos que superaremos los problemas. El turismo es cada vez mayor. Entran millones de personas que luego difundirán lo que ven. La verdad. El que viene a Israel se va enamorado del país, ve lo que pasa aquí y las mentiras que se le dicen.
No hace falta que nuestros vecinos nos amen. Simplemente que se respeten los tratados, si los hubiere algún día. Mientras en las escuelas palestinas se enseñe la cultura del odio no habrá paz.
60 segundos. De las lágrimas más lastimeras por el dolor de la pérdida de nuestros hijos, a la alegría más efusiva por haber logrado la Independencia del país de los judíos.
¡Am Israel Jai!
*Fundadora y directora del portal PorIsrael.
Fuente. PorIsrael.
Versión NMI.