Es quizá el libro más divertido entre los que se utilizan para los rituales judaicos, y algunos detalles históricos resultan sorprendentes
Zachy Hennessey*
Con la llegada de Pésaj, familias de todo el mundo se preparan para reunirse en la tradicional cena del Séder.
Si bien muchos conocen los elementos básicos de la Hagadá (el antiguo texto que guía el Séder), hay algunos detalles interesantes que a menudo pasan inadvertidos.
A continuación presentamos algunos detalles curiosos sobre la Hagadá y los rituales de la noche, que podrían sorprender incluso a los participantes más experimentados del Séder.
1. De tres a cuatro preguntas
Las conocidas «Cuatro Preguntas» que comienzan con Ma Nishtaná (“En qué se diferencia”), originalmente eran solo tres. La Mishná (parte del Talmud finalizada en el siglo II de la era común) enumeraba preguntas sobre el tema de mojar los alimentos dos veces, comer matzá y consumir hierbas amargas. La pregunta sobre reclinarse durante la comida se añadió posteriormente, ya que esta práctica adquirió mayor importancia para distinguir el Séder de otras comidas en la época posterior al Templo.
Página de una de las “Cuatro Preguntas” en una hagadá del siglo XVII
(Foto: Biblioteca Nacional de Israel)
2. La conexión romana con la costumbre de reclinarse
Hablando de reclinarse: si bien muchos saben que nos reclinamos hacia la izquierda al beber vino y comer matzá durante el Séder, pocos comprenden el contexto histórico. Esta costumbre surgió durante el dominio romano, cuando los ciudadanos libres se reclinaban en divanes durante las comidas, mientras que los esclavos comían de pie. Al reclinarse, los judíos celebran simbólicamente su liberación de la esclavitud egipcia. La práctica exige específicamente reclinarse hacia la izquierda, para mantener la mano derecha libre para comer (y para evitar atragantarse, ya que, según se ha comprobado, inclinarse hacia la derecha deja la tráquea expuesta a la intrusión de bocados).
3. La misteriosa quinta copa
La mayoría de los Sedarim incluyen cuatro copas de vino, pero en realidad hay una quinta copa, la Copa de Elías, que se encuentra sobre la mesa. Esta copa representa la quinta expresión de redención mencionada en el Éxodo. Aunque tradicionalmente no se tocaba para dejársela al profeta Elías, algunas personas beben de esta quinta copa, lo que crea una interesante variación en la costumbre.
La copa “reservada” para el profeta Elías en la mesa del Séder
(Foto: Flash90)
4. Matemática de las plagas
La Hagadá contiene un ingenioso cálculo numérico que sugiere que, si bien la Torá menciona 10 plagas, el número real en Egipto podría haber sido de hasta 250. Esto proviene de una divertida interpretación rabínica, según la cual cada plaga del Mar Rojo se considera cinco veces más poderosa que las de Egipto. Aunque diseñado principalmente para mantener el interés de los niños durante el largo Séder, este juego matemático revela cómo los rabinos usaban una interpretación creativa para enriquecer la experiencia narrativa.
5. El sándwich original de Hillel
El «sándwich de Hillel» actual, que se come antes de la cena del Séder, combina matzá con hierbas amargas y jaroset, pero en la época del Templo era mucho más apetitoso. Según la descripción original, Hillel combinaba el cordero pascual con matzá y hierbas amargas, creando un sándwich con carne de verdad. Después de la destrucción del Templo el sándwich evolucionó a su forma actual, pues la carne de sacrificio ya no estaba disponible.
6. El nombre del afikoman
Se cree que el término afikoman deriva del griego epikomion o aphikomenos, que se refería a la juerga después de la cena. Con el tiempo, los judíos comenzaron a interpretar afikoman simplemente como “postre”. Este significado se refleja en una costumbre común en el Séder: no se debe comer nada después del afikoman.
¿Y por qué lo escondemos? Principalmente porque les da a los niños una razón para mantenerse despiertos…
Mantelito para guardar el afikoman
(Foto: Flash90)
7. Jad Gadiá: Una alegoría histórica
Según algunos eruditos, la aparentemente sencilla canción Jad Gadiá (“Un cabrito”), que es la conclusión de muchos Sedarim, constituye en realidad una profunda alegoría histórica.
Cada personaje de esta canción representa a los diferentes imperios que oprimieron al pueblo judío: el gato simboliza a Asiria, el perro a Babilonia, el palo a Persia, el fuego a Grecia, el agua al Imperio Romano, el buey a los sarracenos, el verdugo a los cruzados, y el ángel de la muerte a los otomanos.
El versículo final, donde Dios derrota al Ángel de la Muerte, representa la redención definitiva y la esperanza de liberación de la opresión.
(Foto: Pixabay)
8. Autoría y evolución
La Hagadá no tiene un único autor. Evolucionó orgánicamente a lo largo de muchos años, con formulaciones iniciales durante el período mishnaico (70-200 e.c.), con un desarrollo continuo durante la era talmúdica y posteriores. La estructura central que reconocemos hoy se consolidó en gran medida durante el período gaónico (siglos VI-XI), aunque las diversas comunidades continúan creando nuevas interpretaciones y adiciones.
9. Alcance global
La Hagadá es uno de los textos judíos más traducidos, con más de 15.000 ediciones en más de 60 idiomas, desde lenguas conocidas como el inglés, el español y el ruso, hasta otras como el idish, el amhárico (Etiopía), el chino, el ladino e incluso modernos emojis. También está disponible en braille y en varios formatos accesibles, lo que garantiza que la historia de la Pascua judía siga estando abierta a todos.
Página con el verso en arameo Ha-Lajmá, en una hagadá con ilustraciones en chino creada por el artista plástico Leo Fenster en 2021
(Foto: Forward)
10. La Hagadá más antigua que se conserva
El manuscrito completo de la Hagadá más antiguo que aún se conserva es la “Hagadá de las Cabezas de Pájaro”, creada en Alemania alrededor del año 1300. Llamada así por sus distintivas ilustraciones, que representan humanos con cabezas de aves (posiblemente para evitar infringir la prohibición bíblica de representar imágenes), este notable manuscrito se conserva en el Museo de Israel en Jerusalén.
La Biblioteca Nacional de Israel alberga varios otros ejemplos de Hagadot tempranas, incluyendo la copia impresa más antigua conocida, fechada en Guadalajara, España, en 1480; así como los restos de una Hagadá del siglo XII encontrados en la Guenizá (depósito de textos sagrados desechados) de El Cairo.
Páginas de la “Hagadá de las Cabezas de Pájaro”, la más antigua conocida
(Foto: Wikimedia Commons)
11. Diversas tradiciones de amargo y dulce
Las hierbas amargas (maror) y la pasta de jaroset dulce varían ampliamente entre las comunidades judías. Los judíos asquenazíes suelen usar rábano picante para el maror, mientras que las comunidades sefardíes y de Oriente Medio suelen preferir la lechuga romana o la endivia. Las recetas del jaroset son aún más diversas: las versiones asquenazíes llevan manzana y nueces, los judíos persas usan dátiles y nueces, mientras que el jaroset yemení incluye especias exóticas como jengibre y cardamomo.
Una variación del jaroset hecho con uvas pasas
(Foto: campograndeperu.com)
12. Adiciones modernas al plato del Séder
Si bien el plato tradicional del Séder contiene seis elementos simbólicos, muchas comunidades judías han introducido añadidos significativos que conectan las tradiciones antiguas con las preocupaciones modernas. Entre los agregados más comunes se incluyen una naranja para representar la inclusión de los grupos marginados; una aceituna para simbolizar la esperanza de paz en Oriente Medio; y una remolacha asada, como alternativa vegetariana al hueso.
Otras adiciones incluyen la “Copa de Miriam”, que reconoce las contribuciones de las mujeres, tomates que apoyan la justicia de los trabajadores agrícolas, o un plato vacío que representa a quienes enfrentan inseguridad alimentaria.
Estos símbolos creativos trasforman la Pascua judía en una tradición viva que evoca valores contemporáneos, a la vez que preserva la esencia de la narrativa de la liberación.
Estos datos curiosos nos recuerdan que la Hagadá no es solo un texto antiguo, sino un documento vivo que continúa evolucionando para reflejar la historia judía, a la vez que mantiene su relevancia para la vida judía moderna. Que pasen un feliz Pésaj, y recuerden: ¡El primer lugar donde los niños buscarán el afikoman será bajo los cojines del sofá!
*Periodista.
Fuente: israel21c.org.
Traducción Sami Rozenbaum / Nuevo Mundo Israelita.
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Hag Pesaj Sameah

